Residentes del Kurdistán iraquí sufren por falta de agua en el verano calcinante
Los grifos están secos, los pozos casi vacíos en la capital de la región autónoma iraquí de Kurdistán donde Babir, de 80 años, tiene semanas sin ducharse y aguarda impacientemente a los camiones cisterna.
"Nada es peor que no tener agua", se quejó Babir, identificado solo con su nombre de pila, en su modesta vivienda en Darto, un suburbio de la capital Erbil.
Babir y sus vecinos dependen del agua subterránea como su fuente primaria del líquido.
Pero desde hace años temen el verano, cuando una sequía sin tregua, la falta de pozos y los apagones que obligan a parar las máquinas de bombeo los dejan sin agua.
Ahora dependen del agua de los cisternas para todo, desde tomar un baño hasta cocinar y lavar ropa.
Normalmente "nos bañamos una vez por quincena", dice Babir, vestido con los pantalones tradicionales kurdos.
Desde el techo de su residencia llamó al cisterna cuando pasó por su calle. Se apresuró a salir para reabastecer su casa.
El camión de esta vez pertenece a un grupo local de ayuda. Cuando la ayuda no está disponible, el jubilado debe pagar el agua de su exigua pensión o depender de familiares que le brinden agua y otros bienes esenciales.
Los pobladores de varios distritos han salido a las calles durante años para exigir soluciones, pero Babir dice que las autoridades los ignoran. Incluso piensa mudarse "a un lugar con agua".
- Pozos secos -
Iraq es llamado en árabe la Tierra de los dos Ríos, en referencia a los otrora poderosos Tigris y Éufrates. El nivel de los afluentes ha caído fuertemente y la ONU califica al país como uno de los más impactados por algunos de los efectos del cambio climático.
Las autoridades culpan tanto a la sequía como a las represas construidas río arriba en Turquía e Irán.
Erbil depende de 1.240 pozos repartidos en la ciudad a lo largo de la estación acuática Ifraz, que toma el agua del río Zab, que nace en Turquía y confluye en el Tigris en Irak.
Su gobernador, Omed Khoshnaw, dijo recientemente a periodistas que "más de 25% de los pozos se han secado este año", y que Erbil deberá reducir su dependencia del agua subterránea.
En medio de la crisis, las autoridades locales han destinado 1.500 millones de dinares iraquíes (1,1 millones de dólares) para ayudar a resolverlo, excavando pozos nuevos y suministrando electricidad mediante generadores y el tendido eléctrico.
El funcionario local Nabz Abdul Hamid dijo que los apagones han impactado las bombas de los pozos en zonas residenciales.
"Ahora hemos suministrado electricidad sin interrupción a la mayoría de los pozos", dijo a AFP.
- "Soluciones radicales" -
En el distrito Darto, el camión cisterna llenó un tanque de agua mientras una niña esperaba para llenar varias botellas plásticas. A su alrededor, unos niños se divertían rociándose agua para aliviarse del calor.
Pero para lavar, Surur Mohamad, de 49 años, dice que va a una aldea cercana que tiene un suministro constante de agua.
El agua que las organizaciones brindan por cisterna "no es una solución", admite. La sobrepoblación aumentó la presión sobre el sistema de agua y los deficientes acueductos han agravado los problemas.
"El gobierno debe buscar soluciones radicales porque depender de los pozos" ya no es viable, en especial con la sequía, explicó.
Su vecina Mahya Najm dice que la falta de agua impide que la visiten sus hijos.
"No podemos lavar, cocinar o recibir visitas", reclama.
"Necesitamos agua urgentemente. Esto no es vida", lamenta.
F. Schulze--BTZ