El "ecocidio" o la profunda relación entre guerra y cambio climático
El vínculo entre el cambio climático y la guerra ha sido un tema recurrente durante los debates en la 28ª conferencia del clima de la ONU.
Gaza, Yemen, Siria y Ucrania, devastadas por la guerra, hicieron oír su voz en las conversaciones de la ONU sobre el clima en Dubái, ante el impacto ambiental de los constantes combates.
"Ecocidio" fue el lema escogido para una gran pancarta en el pabellón de Ucrania, cubierto de carteles que detallaban los impactos ambientales de la invasión rusa.
Y dentro se exhibe la mitad de una casa, dañada tras la destrucción de la presa de Kajovka en junio. Rusia y Ucrania se culpan mutuamente por ese desastre.
Según el Banco Mundial, el 70% de los países más vulnerables al clima también se encuentran entre los más débiles política y económicamente.
En Yemen, un país árido en la franja sur de la península arábiga, una dura guerra civil que ya lleva ocho años ha destruido el suministro de agua, dijo a la AFP el ministro yemení de Agua y Medio Ambiente, Tawfiq al Sharjabi.
"Los conflictos contribuyen en gran medida a aumentar el sufrimiento a través de su impacto sobre los recursos ambientales en general y los recursos hídricos en particular", afirmó.
El presidente de Sudán del Sur, Salva Kiir Mayardit, dijo a los líderes mundiales reunidos al comienzo de la COP28 que muchos de sus conciudadanos habían sido desplazados por los combates por el agua.
"La paz y la seguridad se ven claramente afectadas como resultado del cambio climático", aseveró.
- Gaza: "no queda nada" -
En el pabellón palestino, el primero en una COP, se transmitió en una pantalla grande una presentación sobre el impacto ambiental de la ocupación israelí.
Hadeel Ijmais, experto en clima de la Autoridad Palestina, dijo a la AFP que los bombardeos israelíes en Gaza han destruido plantas desalinizadoras, instalaciones de tratamiento de aguas residuales y pozos de agua.
"Los planes para luchar contra el cambio climático se elaboraron basándose en lo que había sobre el terreno", pero desde el inicio de la guerra entre Israel y Hamás el 7 de octubre, "no queda nada", afirmó.
La Franja de Gaza está controlada políticamente por la organización islamista Hamás, rival de la Autoridad Palestina, y responsable del sangriento ataque contra Israel del 7 de octubre.
Robert Mardini, jefe del Comité Internacional de la Cruz Roja, aseguró que todos los proyectos relacionados con el clima de su organización en Gaza han sido detenidos.
"La Franja de Gaza es un lugar donde la disminución de los recursos hídricos, la reducción de la calidad del agua y los fenómenos meteorológicos impredecibles son ya todo un desafío", dijo a la AFP.
Gideon Behar, enviado especial de Israel para el cambio climático y la sostenibilidad, dijo en un evento paralelo que "hay que diferenciar entre cuestiones geopolíticas y cuestiones climáticas".
"En un lugar como la COP deberíamos hacer todo lo posible para concentrarnos en la crisis climática y abordar las cuestiones geopolíticas en otros ámbitos".
- Incendios e inundaciones -
Después de casi dos años de guerra en Ucrania, los expertos dicen que el daño ambiental afectará a las generaciones venideras.
Además del desastre de la presa de Kajovka, que causó inundaciones masivas y mortales, el conflicto ha generado alrededor de 150 millones de toneladas de emisiones de CO2, en su mayoría provenientes del combustible y los incendios, dijo esta semana un viceministro ucraniano.
Casi el 30% de las zonas forestales de Ucrania y alrededor de una quinta parte de sus parques naturales han sido afectados por la guerra, dijo Ruslan Strilets, ministro de protección ambiental y recursos naturales.
La COP28 se convirtió en la primera conferencia del cambio climático dedicada a celebrar un día temático dedicado a la paz.
Libia, Yemen y Siria, países azotados por la guerra, están en su mayoría excluidos del financiamiento climático porque no cumplen con los requisitos establecidos por los donantes en las instituciones multilaterales.
Todos esos países tienen gobiernos centrales débiles y, con el alto riesgo de que el dinero de la ayuda termine en manos de militantes, muchos donantes se mantienen alejados.
A. Williams--BTZ