A pesar de las restricciones, jóvenes alzan su voz por Gaza en la COP28
La palabra "solidaridad" aparece escrita en sus pancartas y a menudo llevan pañuelos de estilo beduino anudados al cuello: los jóvenes ecologistas que acuden cada año a las conferencias del clima de la ONU tienen en Dubái un nuevo motivo de protesta, la guerra en Gaza.
Las manifestaciones son pequeñas, apenas un puñado de activistas que parecen diminutos en el gigantesco parque de exposiciones de Dubái, sede de la COP28.
Las medidas de seguridad son discretas pero efectivas. Como en la COP27 del año pasado en Sharm el Seij (Egipto), la filtración de los activistas ya se realizó durante meses previos, mediante el sistema de visados para entrar al país.
En la COP28 faltan las caras más conocidas del movimiento climático internacional, como la joven sueca Greta Thunberg.
La militante ha expresado ruidosamente su solidaridad con los palestinos en otras protestas internacionales, mientras que en Dubái, un emirato criticado regularmente por organizaciones de defensa de los derechos humanos, la tarea fue asumida sobre todo por activistas árabes.
Apenas un centenar se concentraron el domingo dentro de la denominada "Zona Azul" de la COP28, gestionada por la ONU.
"Le decimos al pueblo palestino que la comunidad internacional puede haberlo olvidado, pero que no está solo", dijo Asad Rehman, portavoz principal de la Coalición por la Justicia Climática.
"Palestina libre", gritó ante una multitud sollozante, que secundó su llamado.
Luego se impuso el silencio. La normativa de la ONU impide nombrar a estados, líderes o empresas durante una protesta dentro del recinto de la COP.
En todo el planeta, las manifestaciones de solidaridad con Gaza han sido masivas.
También se han producido grandes contramanifestaciones contra el antisemitismo en países como Francia o Estados Unidos.
Las Naciones Unidas cuentan con su propio cuerpo de policía internacional, acostumbrado a las protestas y a reglamentar estrictamente las acciones.
"No se nos permitió nombrar estados ni izar banderas (palestinas)", dijo Abderrauf Ben Mohamed, del grupo Deuda por el Clima.
- 'Insensible' -
Damian Godzisz, miembro del personal emiratí que organiza la COP28, explicó a la AFP que tuvo que sacar la bandera palestina y el pañuelo de estilo beduino (kefia) que llevaba anudadas a su mochila.
"Me parece insensible que mientras otras naciones puedan exhibir su vestimenta nacional, la bandera palestina y la kefia estén restringidas", dijo.
Las organizaciones no gubernamentales han esquivado hábilmente la reglamentación con astucias.
En lugar del cordón azul que sostiene la acreditación para entrar en la COP28, llevan colgado un cordón con los cuatro colores palestinos, que además son los mismos que la bandera emiratí: negro, rojo, verde y blanco.
Para expresar su solidaridad, los activistas también muestran dibujos de sandías, que tienen los mismos colores que la bandera palestina.
Tras una frágil pausa para el intercambio de rehenes, la guerra en Gaza se reanudó el mismo día en que arrancaba la COP28.
El conflicto ha ensombrecido las negociaciones. Algunos pabellones occidentales han reforzado a la entrada su dispositivo de seguridad.
En Dubái, la Autoridad Palestina (AP) participa por primera vez en una conferencia del clima.
Sólo diez representantes lograron viajar en avión para asistir al evento y la mayoría canceló su participación, dijo a la AFP Hadeel Ijmais, experto en clima de la Autoridad Palestina.
"Fue realmente difícil para nosotros venir aquí y hasta el último momento estuvimos estudiando nuestra participación", dijo Ijmais, que explicó que tuvo que hacer un viaje de casi 11 horas obstaculizado por los puestos de control desde su casa en Belén hasta el aeropuerto de Jordania, para tomar luego un vuelo hasta Dubái.
- Comprender el sufrimiento israelí -
"¿Qué significa la justicia climática, qué significa el derecho internacional, cuando los palestinos son asesinados a sangre fría y el mundo simplemente está mirando?", dijo Ijmais.
En el pabellón israelí, a sólo unos metros de distancia, hay un gran cartel con las fotos de los rehenes secuestrados por Hamás desde el ataque del 7 de octubre, y un lema: "Que vuelvan a casa ya".
Maya Kadosh, coordinadora nacional de Israel para la COP28, lucía una placa de identificación con el mismo mensaje.
A su juicio, los activistas del clima son parciales.
"Me gustaría que comprendieran el sufrimiento israelí", dijo a la AFP.
"Defienden los derechos humanos, siempre y cuando el pueblo no sea judío", dijo Kadosh.
"Creo que si la gente realmente quiere ayudar a liberar a Palestina y al pueblo de Palestina, debería ayudar al pueblo de Palestina a liberarse de Hamas", añadió.
Israel planeaba una representación de 1.000 personas en la COP28, pero la guerra redujo esa cifra a alrededor de 100, dijo.
H. Müller--BTZ