El huracán de categoría 4 Fiona avanza a las Bermudas
Fiona se convirtió el miércoles en huracán de categoría 4 después de azotar las islas caribeñas Turcas y Caicos y de causar varios muertos, inundaciones y graves daños materiales a su paso por Puerto Rico y República Dominicana.
Según el Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos (NHC), el huracán avanza con vientos de 215 km/h hacia las Bermudas, un territorio británico de ultramar, donde se prevé que llegue el jueves por la noche.
Fiona, que se encuentra en la segunda categoría más alta de la escala Saffir-Simpson, está a unos 1.090 km al suroeste de Bermudas, según el último boletín del NHC.
Hasta el momento, el huracán dejó cinco muertos: uno en el territorio francés de ultramar de Guadalupe, dos en Puerto Rico y otros dos en República Dominicana.
En este último lugar, Fiona dañó numerosos viviendas y golpeó duramente la infraestructura de servicios básicos.
Más de 10.000 personas tuvieron que ser trasladadas a "áreas seguras"; unas 400.000 están sin electricidad y 1,2 millones sin agua, según el último balance de las autoridades del país de 10,5 millones de habitantes.
En la provincia de El Seibo, una zona agrícola del este, las lluvias torrenciales de Fiona provocaron inundaciones y las calles están abarrotadas de muebles, colchones y demás enseres de las familias afectadas.
"Fue fuerte, terrible", contó a la AFP Freddy Morales, de 40 años, quien tuvo que refugiarse en casa de su suegra en una zona montañosa tras la crecida del río El Seibo.
"Cuando iba a sacar los colchones, [el agua] me arropó y no pude sacar nada (...). Se dañó casi todo", añadió.
En las últimas horas, las autoridades dominicanas rebajaron los niveles de alerta en todas las provincias del país.
- "Un Puerto Rico resistente" -
En Puerto Rico, donde Fiona tocó tierra el domingo, el huracán derribó árboles, líneas eléctricas y puentes.
Y sus aguaceros --en algunas zonas del centro y el sur cayeron hasta 76 centímetros de lluvia-- provocaron fuertes inundaciones y deslizamientos de tierra en esta isla de tres millones de habitantes, un territorio libre asociado a Estados Unidos.
Más de un millón de hogares seguían sin luz este miércoles tras el apagón general provocado por la tormenta el domingo; y unos 565.000 clientes carecían de agua potable en sus viviendas como consecuencia de los cortes de energía y el desbordamiento de ríos.
La administradora de la Agencia Federal de Gestión de Emergencias estadounidense (FEMA), Deanne Criswell, visitó el martes la ciudad de Patillas, en el sur de Puerto Rico, junto con el gobernador Pedro Pierluisi para constatar los daños provocados por Fiona.
"Vi carreteras gravemente afectadas y puentes dañados. El agua inundaba las calles y el acceso a otras partes de la comunidad era inaccesible", dijo este miércoles en rueda de prensa.
"Pero también vi un Puerto Rico resistente, vi a los vecinos ayudándose (...) Y sé que las comunidades afectadas van a reconstruirse aún más fuertes", añadió.
La víspera, Jorge Cintrón, un habitante de La Parguera, en la costa suroeste de Puerto Rico, sufrió daños materiales en su casa y en su negocio, un salón de belleza.
"La experiencia fue horrible. Fue bien impresionante sentir los vientos y ver cómo se levantaban las cosas", contó por teléfono a la AFP.
Después de años de problemas financieros y recesión, en 2017 Puerto Rico declaró la quiebra, la mayor jamás realizada por una administración local de Estados Unidos.
Más tarde ese año, el doble golpe de dos huracanes, Irma y María, profundizó la miseria, devastando la red eléctrica en la isla, que ha sufrido graves problemas de infraestructura durante años.
La red se privatizó en junio de 2021 en un esfuerzo por resolver el tema de los apagones, pero el problema persiste y toda la isla se quedó sin electricidad a principios de este año.
A. Walsh--BTZ