El chimpancé ante el principio de incertidumbre
De la misma forma que los seres humanos, el chimpancé sería capaz de considerar dos escenarios y prepararse para lograr un objetivo, tal y como demuestra una primera experiencia publicada esta semana en la revista Biology Letters, de la Royal Society de Reino Unido.
El llamado 'razonamiento modal' es, en teoría, una prerrogativa exclusiva del cerebro humano.
Este permite imaginar o considerar lo que podría haber sucedido bajo ciertas condiciones, por ejemplo, arrepentirse de haber salido de casa sin paraguas antes de que empezara a llover, o simplemente haberlo llevado por si apareciese la tormenta.
Los científicos creían que esta facultad de razonamiento, que aparece solo después de la primera infancia y requiere la adquisición del lenguaje, solo era propia de los humanos.
Sin embargo, unos investigadores han descubierto que los chimpancés pueden razonar lógicamente cuando se enfrentan a una situación que implica una elección.
El razonamiento modal "es la base de nuestra capacidad de imaginación", explica a la AFP Jan Engelmann, profesor asistente de Psicología en la Universidad estadounidense de Berkeley.
Según Engelmann, autor principal del estudio publicado este miércoles, "los chimpancés pueden representar posibilidades alternativas, es decir, imaginar posibles desenlaces" para una situación dada.
El investigador ya empezó a estudiar el año pasado este fenómeno, observando la reacción de un chimpancé ante un trabajador dependiendo de si este último tenía la opción o no de darle la recompensa esperada.
El chimpancé no se enfadaba con la persona participante en el experimento por no satisfacer su deseo cuando no dependía de él, pero sí en caso contrario.
Esta vez, con sus colegas de universidades de Reino Unido, Austria y Alemania, Engelmann quería saber si un chimpancé podía imaginar y prepararse para un escenario con dos posibles resultados.
- Riesgo de perder -
El dispositivo empleado se inspira de un experimento en el que un chimpancé se encontraba frente a un tubo con forma de "Y" invertida, en la que el investigador dejaba una recompensa.
El experimento puso en duda la capacidad del simio de tener en cuenta los dos posibles desenlaces y colocar su mano bajo las dos salidas del tubo.
Pero parece que "este comportamiento no viene de forma natural en el chimpancé", según Engelmann.
Para remediarlo, esta vez se confrontó al chimpancé a un dispositivo un poco similar pero en el cual se lo colocaba "en competición" con el experimentador. Según los investigadores, esta competencia estimula la actividad cognitiva en este primate.
La recompensa ya no se suelta por un tubo, sino que se encuentra sobre la bandeja de una balanza ubicada bajo cada uno de los tubos que, en este caso, pueden ser dos verticales o uno en forma de Y invertida.
En cada caso, el experimentador suelta una piedra que cae en una bandeja mecedora colocada bajo los tubos.
De manera expresa, la recompensa va entonces siempre hacia su lado, dejando sin nada al chimpancé. Salvo que el simio utilice su mano para que la bandeja se mueva hacia su lado cuando cae la piedra.
El experimento mostró que estadísticamente el chimpancé bloqueaba más los dos lados de la balanza mecedora cuando la piedra era lanzada en un tubo de Y invertida.
Es decir que el animal se daba cuenta que en ese escenario tenía más riesgo de perder que cuando se encontraba frente a dos tubos verticales, situación en la que podía saber más fácilmente donde caería la piedra.
Era capaz de anticipar la configuración en la cual se vería privado de recompensa.
A. Lefebvre--BTZ