Miles de personas se unen en Madrid a una protesta convocada por la derecha contra el gobierno español
Miles de personas se congregaron en Madrid el domingo para protestar contra el Gobierno del presidente socialista Pedro Sánchez y pedir elecciones anticipadas, en una manifestación respaldada por partidos de derecha y ultraderecha.
Ondeando banderas españolas rojas y amarillas, los manifestantes se concentraron en Plaza de Castilla, en el corazón del distrito financiero de Madrid, en la zona norte de la capital, y pidieron la dimisión de Pedro Sánchez con cánticos como "traidor".
Más de cien pequeños grupos poco conocidos vinculados a la derecha y la ultraderecha convocaron la protesta bajo el lema "Por la unidad, la dignidad, la ley y la libertad. ¡Elecciones generales ya!".
Los principales partidos de la oposición, el Partido Popular (PP, derecha) y Vox (ultraderecha) respaldaron la marcha.
Los oradores atacaron al Gobierno de Sánchez por una serie de políticas y decisiones, desde una amnistía para los independentistas catalanes hasta sus pactos con los partidos separatistas regionales, así como por las investigaciones por corrupción que afectan a figuras del Partido Socialista y a la esposa del propio Sánchez, Begoña Gómez.
Alrededor de 25.000 asistentes participaron en la marcha, según la Delegación del Gobierno. Los organizadores cifraron la participación en unas 400.000 personas.
Los manifestantes sujetaron pancartas con lemas como "Váyase Sánchez" o "Sánchez, destructor de España", así como eslóganes en contra de la inmigración.
"Este gobierno está arruinando a los españoles, les ha traicionado, les ha mentido", declaró a los periodistas el líder de Vox, Santiago Abascal, el único dirigente de un partido en asistir a la protesta.
"Hoy, los españoles, diga lo que diga el gobierno, son más pobres que cuando Pedro Sánchez llegó al poder. Les cuesta más llegar a final de mes", añadió.
El número de empleados y los ingresos en España han aumentado, pero también lo han hecho la inflación y los alquileres.
Pedro Sánchez, en el cargo desde 2018, encabeza un frágil gobierno minoritario que depende de los votos de los separatistas catalanes y vascos en el Parlamento para aprobar leyes.
Sus concesiones a estos partidos han provocado la ira de algunos de la derecha.
D. Fjodorow--BTZ