El "fracaso" de la paz en Colombia aumenta la deforestación, según una ONG
El "fracaso" de las negociaciones de paz entre el Gobierno de Colombia y disidentes de la extinta guerrilla de las FARC ha "disparado de nuevo las tasas de deforestación" en la Amazonía, asegura este viernes la oenegé International Crisis Group (ICG) en un informe.
Según el reporte, "las tasas de deforestación parecen haber aumentado drásticamente en el primer semestre de 2024" en Colombia, que albergará la cumbre de la biodiversidad COP16 en la ciudad de Cali (suroeste) del 21 de octubre al 1 de noviembre.
El aumento coincide también con "las luchas internas" del Estado Mayor Central (EMC), la disidencia de las FARC que en abril se dividió en medio de las negociaciones de paz con el gobierno. La escisión al mando de Iván Mordisco se apartó de los diálogos y aumentó su presión contra el Estado con una ola de violencia.
Una miríada de frentes que rechazaron el acuerdo de paz con las antiguas FARC en 2016 integran el EMC, una organización con "el poder de frenar o acelerar la deforestación cuando así lo decide" en las zonas donde ejerce influencia, asegura ICG.
La situación puede "empeorar con la llegada de la temporada tradicional de tala de bosques en octubre".
"La deforestación genera ingresos para el EMC" mediante la ganadería, narcocultivos y minería ilegal especialmente en los departamentos amazónicos de Guaviare (sureste), Caquetá (sur) y Meta (este).
Los rebeldes también extorsionan campesinos y empresarios en dichas zonas.
El EMC impide el acceso de funcionarios ambientales, como en el Guaviare donde "no han podido entrar a la Amazonía desde 2019".
En estas regiones apartadas, la guerrilla es el Estado de facto y se ha "introducido por la fuerza en la vida cívica", advierte CGI.
Colombia, uno de los países más biodiversos del planeta, perdió 79.256 hectáreas de bosque en 2023, una cifra equivalente a la superficie de Nueva York.
A lo largo de la prolongada guerra interna, las guerrillas controlan la exuberante selva, que usan como escondite y arma de presión contra el gobierno.
La fuerza pública y disidentes de Mordisco libran intensos combates tras las frustradas negociaciones de paz.
Su facción declaró una tregua durante la cumbre, pero ante la presión militar ha vuelto a amenazar su realización.
El fin de semana los guerrilleros pidieron a las delegaciones internacionales no asistir a la COP16, mientras el presidente Gustavo Petro asegura que la seguridad de la cumbre "está garantizada".
El miércoles una granada explotó junto a una estación de policía a 25 kilómetros de la ciudad de Cali, sin dejar víctimas. Más temprano el ejército abatió a ocho hombres de Mordisco en el sur del país.
Colombia vive un conflicto interno que deja más de 9 millones de víctimas en seis décadas.
O. Larsen--BTZ