A la caza del voto latino en Pensilvania
Donald Trump y Kamala Harris multiplican los mítines en Pensilvania con la mira puesta en el electorado negro y en los casi 580.000 latinos con derecho a voto en este estado que no se puede encasillar como republicano o demócrata.
El expresidente, de 78 años, y la vicepresidenta, de 59, esperan arañar los votos de los indecisos y asegurarse de que sus simpatizantes no se queden en casa el 5 de noviembre, día de las presidenciales.
Y es que en Estados Unidos el voto popular no elige al presidente, sino que escogen a los 270 delegados del Colegio Electoral que escogerán al próximo mandatario por mayoría absoluta. Republicanos y demócratas buscan hacerse con los electores de unos cuantos estados, llamados bisagra o pendulares, que votan por uno u otro partido según el candidato.
Pensilvania, con sus 19 delegados, es el premio gordo de estos estados clave.
En este estado del noreste del país viven más de un millón de latinos, según la Oficina del Censo de Estados Unidos.
De ellos 579.000 pueden votar, según datos publicados por el Instituto Latino de Política Pública de UCLA en septiembre, pero acostumbra a hacerlo la mitad, un porcentaje muy inferior al de población blanca o negra que acude a las urnas.
- "Una simplificación" -
"Es una simplificación extrema atribuir un margen de victoria estatal o nacional a solo un grupo demográfico", explica el profesor universitario A.K. Sandoval-Strausz, en un artículo en la plataforma digital independiente The Conversation.
Pero "en unas elecciones muy reñidas como estas, pequeños cambios en los márgenes entre grupos clave, como los votantes latinos en Pensilvania, pueden determinar quién se convierte en presidente", añade este profesor de historia y director del programa estudios latinos en la Universidad Penn State.
Ambos candidatos saben que cada voto cuenta. Trump ganó en este estado por 44.000 sufragios en 2016 y el presidente demócrata Joe Biden se impuso por 81.000 en 2020.
La composición latina de este estado dista de la de otros con una mayoría de ascendencia mexicana entre esta comunidad.
En Pensilvania el 53,4% son puertorriqueños, el 12,6% de origen mexicano, el 11,3% dominicano, el 3% cubano y el 2,6% colombiano, según la plataforma de datos Latino Data Hub.
Tradicionalmente los puertorriqueños son los más leales a los demócratas y los de ascendencia cubana a los republicanos.
El Partido Demócrata se ha llevado la mayoría de los votos latinos a nivel nacional, pero va perdiendo terreno entre esta comunidad desde la irrupción de Trump en política.
Ambos candidatos buscan convencer a los indecisos y para conseguirlo utilizan todas las armas a su alcance.
- Bad Bunny y Billy Joel -
Los equipos de campaña intentan atraer al cantante puertorriqueño Bad Bunny, cuyo apoyo, según algunos estrategas, puede ser más decisivo que el de la megaestrella Taylor Swift, quien respaldó a Harris.
Puede influir en votantes de los condados en declive del este de Pensilvania, un estado que forma parte del llamado cinturón del óxido, golpeado por la decadencia industrial de las últimas décadas.
También puede ser de ayuda el cantautor Billy Joel, que puso letra a las penurias de los trabajadores despedidos de las fábricas de la región, estima Sandoval-Strausz.
Ni el cantante y compositor de rock y pop, muy famoso en los años 70, 80 y 90, ni la estrella del reguetón y trap latino se han implicado en la campaña electoral.
Música aparte, el electorado latino votará con las mismas preocupaciones que el resto de los estadounidenses, según las encuestas. Lo hará pensando en el bolsillo, en la capacidad adquisitiva mermada tras la pandemia, aunque la inflación ha dado una tregua, al caer en septiembre al 2,4% interanual.
La migración irregular en la frontera con México no figura como tema prioritario en los sondeos, por mucho que sea el preferido de Trump y centre la batalla electoral, con los republicanos en posición de ataque y los demócratas a la defensiva intentando limitar los golpes.
O. Larsen--BTZ