Furia y desesperación en funerales de rehenes israelíes muertos en cautiverio en Gaza
"¿En qué mundo las familias deben suplicar, gritar y llorar para el regreso de sus familiares, vivos o asesinados? ¡Regresénlos a todos¡", dice Esther Buchshtab ante la tumba de su hijo, Yagev, inhumado en el sur de Israel tras el regreso de sus restos de Gaza.
El martes, el ejército israelí anunció que recuperó en un túnel en Gaza los cuerpos de seis rehenes muertos.
El miércoles, centenares de personas se congregaron en el cementerio del kibutz Nirim, allegados de Yagev Buchshtab, de 34 años, pero también de otros rehenes aún cautivos, así como habitantes de otros kibutz cercanos.
El 7 de octubre, el ataque inédito de Hamás en Israel causó la muerte de 1.199 personas, en su mayoría civiles, según cálculo de la AFP a partir de datos oficiales israelíes.
Nirim perdió a nueve de sus habitantes y cinco fueron tomados como rehenes, dos de ellos muertos e inhumados el miércoles.
Rimon Kirscht, viuda de Yagev, liberada a cambio de presos palestinos durante la tregua a fines de noviembre, habla a su marido frente a su ataúd cubierto por la bandera israelí, desatando lágrimas entre los asistentes.
"Querido, quiero solo pedirte perdón. Merecías algo mucho mejor (...) gracias por haberme enseñado el amor. Soy tuya, estoy aquí", dice.
La gente se dispersa rápidamente, pues se inicia otro entierro en el vecino kibutz de Nir Oz.
- Kibutz destruido -
Nir Oz, escenario de una de las peores masacres del 7 de octubre, posee también el triste récord del número de rehenes, más de de 70.
Avraham Munder, de 79 años, fue secuestrado con su mujer Ruti, su hija Keren y su único nieto Ohad. Aunque los últimos tres recobraron la libertad a fines de noviembre, Munder seguía cautivo en Gaza.
Anunciado como muerto el martes luego de que el ejército encontró su cuerpo con otros cinco rehenes, fue sepultado al lado de su hijo Roi, muerto el 7 de octubre y enterrado provisionalmente en otro kibutz.
A la entrada del cementerio, una estela menciona los nombres de todas las víctimas del 7 de octubre originarias de ese kibutz, donde casi todas las casas fueron parcial o totalmente destruidas.
Una placa recuerda que los cuerpos de algunos de ellos están aún en Gaza.
De un total de 251 personas secuestradas ese día, 105 siguen retenidas en Gaza, de las cuales 34 declaradas muertas por el ejército, entre las cuales nueve habitantes de Nir Oz.
Tami Metzger, exrehén cuyo marido Yoram, de 80 años, será sepultado el jueves en un kibutz, confía a la AFP que no sabe "lo que siente".
"Me dicen que es cierto apaciguamiento, pero no estoy segura", dice.
Tami pasó 53 días en un túnel en Gaza con su marido y cuatro rehenes, cuyos cuerpos fueron traídos el martes.
Las intervenciones de los familiares de Avraham Munder son interrumpidas por canciones, pues "Munder", como todos lo llamaban, era melómano y cantante aficionado.
El ex Primer ministro Naftali Bennett y al menos dos ministros estaban también presentes.
- "Salvar a los que aún están vivos" -
Entre las muchas personas que vinieron para homenajear a los difuntos, bastantes se enfurecen cuando el ejército afirma que investiga las circunstancias de la muerte de los rehenes en Jan Yunis, donde se encuentra desplegado.
Este miércoles los bombardeos y los disparos que ocurren en Jan Yunis se escuchan hasta en los cementerios de los kibutz.
Tras más de diez meses de guerra en Gaza, que ha causado la muerte de 40.223 personas, según el ministerio de Salud del gobierno de Hamás, las negociaciones para un cese del fuego y la liberación de los rehenes siguen bloqueadas.
"Nos prometieron esfuerzos para llegar a un acuerdo destinado a salvar a los que aún están vivos y traer los muertos y enterrarlos", afirma a la AFP Nissan Kalderon, de 56 años, cuyo hermano Ofer, franco-israelí, sigue cautivo.
Pero "cada día que pasa, nuevos rehenes mueren. Esa es la prueba", dice mostrando el cementerio.
Adriana Adar, de Nir Oz, está "desesperada": su suegra fue liberada a fines de noviembre, pero el cuerpo de su sobrino Tamir Adar está aún en Gaza.
La gente se dispersa, pues los funerales de "Munder" terminaron. Comienzan ahora los de Nadav Popplewell.
K. Berger--BTZ