La "Pequeña Palestina" de Chicago recibe con decepción a la Convención Demócrata
A tan sólo 30 kilómetros de Chicago, donde el partido Demócrata de Estados Unidos se prepara para investir triunfalmente a Kamala Harris como candidata presidencial, los miembros de la mayor comunidad palestina del país se mantienen firmes: "No conseguirán nuestro voto".
En las callejuelas del vecindario de Bridgeview, algunas banderas palestinas destacan sobre las fachadas grises.
Bajo carteles en árabe e inglés, hay convocatorias a manifestaciones para protestar en contra del apoyo estadounidense a Israel.
Tras más de diez meses del devastador conflicto en Gaza, la celebración esta semana de la Convención Nacional Demócrata reaviva el resentimiento de los habitantes de esta ciudad, apodada "la pequeña Palestina", contra Washington.
"Lo que puedo decirte es que la gente está furiosa con Joe Biden y Kamala Harris. No son bienvenidos aquí", dice Ali Ibrahim a AFP.
"No van a conseguir nuestro voto este año, y no queremos que sean electos, porque lo que está pasando está mal, y no lo vamos a consentir", dice el joven.
"Algunos miembros de nuestra comunidad trabajaron duro para que Joe Biden fuera elegido en 2020, y ahora se sienten traicionados", cuenta Souzan Naser, nacida en Palestina y criada en este suburbio de Chicago. Porque aquí, explica, todo el mundo está relacionado con el conflicto de una forma u otra.
"Tengo una alumna, por ejemplo, que ha perdido a 35 miembros de su familia", dijo con voz entrecortada esta profesora y miembro de la asociación propalestina USPCN.
La guerra, que comenzó el 7 de octubre con un ataque sin precedentes de Hamás contra Israel, ha dejado más de 40.000 muertos en la Franja de Gaza, la gran mayoría civiles, según el Ministerio de Sanidad de Gaza.
- Traicionados -
Una tragedia que podría haberse evitado, según Ali Ibrahim.
Para él, Estados Unidos "podría haber pedido fácilmente un alto el fuego y haber puesto fin a esta guerra hace mucho tiempo".
"De un plumazo pueden poner fin al genocidio, pueden optar por dejar de enviar la ayuda militar que está masacrando a nuestro pueblo", coincide Naser.
Para ella, como para otros residentes, la retirada del presidente Biden de la carrera y su sustitución por la vicepresidenta, que ha prometido "no permanecer callada" ante el sufrimiento de los civiles palestinos, no cambia nada.
"¿Ha hecho lo suficiente? No. ¿Lo hará? Eso es lo que esperamos", resumió Muhammad Baste, propietario de un restaurante palestino, pidiendo acciones en lugar de promesas.
Entre ellas, un alto el fuego permanente, el fin de la ayuda estadounidense a Israel y un embargo de armas. Sin embargo, uno de sus asesores cercanos declaró a principios de mes que la candidata no consideraría tal medida.
Sin un cambio radical en la política del Partido Demócrata sobre este asunto, los votantes de la Pequeña Palestina tendrán que prescindir de ellos en noviembre, advierten.
"No pueden esperar que votemos por ellos cuando sus valores, sus políticas y sus principios no coinciden con los nuestros", opina Naser.
Ella rechaza además la idea de que los abstencionistas podrían ser responsabilizados por un eventual regreso al poder del republicano Donald Trump.
Una nueva presidencia de Trump sería un "desastre", concede la profesora, "pero nos negamos a responsabilizarnos de ello. Le hemos dado todo el tiempo que necesitaba para cambiar de rumbo y sigue insistiendo".
Durante una reciente visita en su campaña, Kamala Harris fue interrumpida por activistas propalestinos al grito de "no votaremos a favor del genocidio".
"Si quieren que gane Donald Trump, sigan diciendo eso", replicó secamente la demócrata. "Si no, hablaré yo".
L. Brown--BTZ