Voluntarios rusos organizan en Moscú la ayuda para la población desplazada por la incursión ucraniana
"No se trata de política, se trata de vidas humanas". En Moscú, los voluntarios se organizan para ayudar a la población desplazada por la incursión ucraniana en la región fronteriza de Kursk, gracias a las donaciones que sirven para subsanar los vacíos del Estado.
Las bolsas de plástico con ropa, sacos de dormir, comida para bebés, productos de higiene, juguetes o artículos para mascotas se apilan en un centro de colecta. Fuera, en la acera, una pancarta escrita a mano dice: "Ayuda humanitaria para el centro de recogida de Kursk".
Esta movilización ciudadana fue impulsada por los partidos de Ekaterina Duntsova y de Boris Nadezhdin, dos rusos que intentaron participar en las elecciones presidenciales de marzo con programas a favor de la paz, pero cuyas candidaturas fueron invalidadas.
"No se trata de política, se trata de vidas humanas", explica a AFP Ekaterina Dobrinina, una voluntaria de 22 años.
"Sinceramente, no me importa a qué tipo de persona ayudo. Lo importante es que la ayudo y sale del apuro", añade la activista, del partido de Duntsova.
Ucrania, que lucha desde febrero de 2022 contra una ofensiva rusa en su territorio, lanzó el 6 de agosto una incursión armada en la región fronteriza rusa de Kursk.
El sábado, más de 76.000 personas fueron evacuadas de la zona afectada por esta operación, según Rusia. La orden de evacuación se extendió el lunes en la propia región de Kursk, así como en un distrito de la vecina región de Bélgorod.
El centro de colecta abrió el mismo sábado en un barrio relativamente central de la capital rusa.
Los voluntarios aseguran que recibieron decenas de donaciones en solo dos días, ayudados por las redes sociales y los llamamientos de la estrella del rap ruso, Noize MC.
- "El Estado no se preocupa" -
Daria Shistopolskaya, una partera de 28 años, acudió al centro a entregar juguetes que de otra manera habría regalado a sus allegados o guardado en la dacha familiar.
"El Estado no se preocupa lo suficiente de estas personas y la gente debería ayudarse entre sí en estas situaciones", afirmó.
Junto a ella, su hijo se despide de su dinosaurio de peluche verde que entrega a los voluntarios.
"Creo que los civiles que se han visto afectados [...] no reciben ayuda suficiente", lamentó igualmente Kirill Borzov, un informático que fue a entregar comida para bebé. "Todo lo que puedo hacer para ayudar, intento hacerlo hoy", añadió.
El primer ministro Mjaíl Mishustin, aseguró no obstante el lunes que quiere proporcionar "el máximo apoyo" y anunció una ayuda de unos 18 millones de euros (unos 19 millones de dólares) para los desplazados que han perdido sus casas.
Iván, un abogado de 31 años, se acercó a entregar camisetas, una camisa, un pantalón y un par de zapatillas "en buen estado", precisó, que "alguien podrá utilizar".
"Nuestros compatriotas están sufriendo", declaró. "En momentos como este, debemos mostrarnos solidarios", sostuvo.
Las donaciones se seleccionan y se envían a Voronezh, una ciudad a unos 200 kilómetros al este de la ciudad de Kursk, desde donde se distribuyen a las personas que lo necesitan, explicó Ekaterina Dobrinina.
"Ante todo, ayudamos a las personas. No a los pasaportes, ni a la afiliación religiosa, sino a las propias personas", afirmó. "Es importante que la gente salga de estos lugares peligrosos o que vivan ahí lo más cómodamente posible", concluyó.
F. Dumont--BTZ