La incursión ucraniana en Kursk genera interrogantes en Moscú
¿Mérito del enemigo? ¿Error propio? La incursión de tropas ucranianas en la región rusa de Kursk empieza a generar interrogantes y dudas entre los moscovitas después de que el Kremlin anunciara una "operación antiterrorista" para intentar frenar la ofensiva.
Denis, entrevistado por la AFP en un supermercado de la capital rusa, no esconde su malestar ante lo que considera un posible fallo de su ejército.
"Todo el mundo sabe ahora que ellos (los ucranianos) acumulaban tropas, pero el Estado Mayor no reaccionó", declara este ciudadano ruso que prefiere no dar su apellido.
Según él, o bien es "un plan muy hábil" de los ucranianos, o bien es el resultado de "errores" del mando ruso. "La cuestión es saber quién es culpable y quién debe responder por ello. Porque, efectivamente, al parecer hay pérdidas importantes", afirma.
El ataque tomó a contrapié al ejército ruso, más numeroso y mejor armado que el de Ucrania, lo que le había permitido llevar la iniciativa en el frente desde finales de 2023.
- "La gente paga el precio" -
Para repeler la incursión, Moscú envió refuerzos a la zona e instauró el sábado un régimen especial de "operación antiterrorista" en la región de Kursk y las de Briansk y Bélgorod, también fronterizas con Ucrania.
Denis estima que esta última medida llega tarde: "Se debía haber instaurado inmediatamente", asegura.
También recuerda que, en anteriores incursiones ucranianas, las autoridades aseguraron que habían iniciado la construcción de fortificaciones en las regiones fronterizas.
"Resulta que no había tales fortificaciones. Eso quiere decir que alguien, en alguna parte, ha robado o a malversado" fondos públicos, insiste.
"Y es la gente quien paga el precio con sus vidas", añade.
Su esposa Maria, de 35 años, se pregunta hasta qué punto son creíbles las declaraciones tranquilizantes de las autoridades rusas.
"Un tipo en la televisión hace su informe diciendo que todo es normal, que frenaron al enemigo, pero la gente en el lugar (porque nosotros tenemos familia en Kursk) nos dicen que no y que están pasando cosas muy malas", explica.
Más positivo, Alexander Ilin, un arquitecto de 42 años, quiere que la situación se arregle con "medidas realistas" y no "superficiales".
"Tenemos servicios y responsables que trabajan allí. Si ha habido carencias en algún lado, hay que procurar que esto no vuelve a pasar", añade.
Victoria, empleada de una empresa informática, comparte el mismo optimismo. "Nuestra familia respalda por completo al gobierno. Si toman estas medidas, quiere decir que son necesarias", afirma la mujer de 36 años.
Para Nadejda Skatchkova, una profesora de historia jubilada de 76 años, estima que la introducción del régimen antiterrorista puede permitir "organizar" la situación en el terreno. Pero "parece que los combates todavía continuarán", añade.
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H. Müller--BTZ