Carles Puigdemont, el obstinado independentista catalán
Cuando Carles Puigdemont era periodista y viajaba al extranjero solía llegar de noche a los hoteles porque era más fácil que un conserje inexperto aceptara su falso documento de identidad catalán y así no tener que usar el carnet español.
Esta anécdota, contada por él mismo en 2016 en la presentación de su libro en catalán "Cata...què?", sobre la visión que la prensa internacional tiene de Cataluña, ilustra su obsesión, hasta los últimos gestos, por la independencia.
El jueves regresó finalmente a la región española, después de pasar siete años en Bélgica y Francia evadiendo a la justicia española, que lo busca desde 2017.
Cerca del Parlamento catalán, Puigdemont dio un breve discurso ante miles de simpatizantes y luego desapareció sin que se conozca su paradero. Arriesga ser detenido, ya que sobre él sigue pesando una orden de captura.
Puigdemont volvió a colarse en el centro de la vida política española hace un año para negociar hábilmente, a cambio del apoyo de su partido al socialista Pedro Sánchez para asegurarle un nuevo mandato, una ley de amnistía para los independentistas catalanes, que debería haberlo tenido a él como principal beneficiado.
Pero el 1 de julio el Tribunal Supremo determinó que, a diferencia de otros separatistas que sí se han beneficiado, no podía favorecerse de esta ley en el delito de malversación que pesa sobre él.
En el video en el que anunció su vuelta, el líder independentista dijo que con su regreso buscaba "contestar" el "desafío" de ciertos jueces del Supremo, que con una "actitud de rebelión" no han aplicado la amnistía.
- Asumió el liderazgo "por responsabilidad" -
Nacido el 29 de diciembre de 1962 en Amer, un pueblo idílico, de montaña y campanario, con 2.200 habitantes, a 100 km al norte de Barcelona, Puigdemont es el segundo de ocho hermanos.
Está casado con una periodista rumana y es padre de dos niñas. Toca la guitarra, y formó parte de un grupo de rock en su juventud del que "afortunadamente no queda ninguna grabación", bromeó él mismo.
Estudió filología catalana y antes de dedicarse profesionalmente a la política fue periodista, redactor jefe del diario en catalán "El Punt", director de la Agencia Catalana de Noticias (ACN) e impulsor de "Catalonia Today", un diario sobre Cataluña en inglés.
En 2011 fue elegido alcalde de Girona por el partido nacionalista Convergència i Unió, y era prácticamente un desconocido en España cuando, en enero de 2016, una serie de carambolas lo propulsaron inesperadamente al frente del gobierno catalán.
"Aceptó, por responsabilidad y por independentista, más que por gusto o por ambición", explicó uno de los miembros de su gobierno, Santi Vila, en su libro de memorias.
Desde su posición, Puigdemont protagonizó uno de los momentos más trascendentales de la España contemporánea, cuando proclamó unilateralmente en octubre de 2017 una independencia de Cataluña que nunca se materializó.
"No hay un botón que pulsándolo te salga una república", lamentó más tarde, en una entrevista con la AFP en 2018.
- "Héroe" o "traidor" -
En aquellos meses que precedieron a la declaración, el movimiento independentista estaba en plena efervescencia, venía de años de importantes movilizaciones y la presión era enorme.
Aquella declaración de independencia fallida fue el resultado del "dilema de ser un héroe o un traidor para los independentistas", estimó Vila. Y "optó por lo primero", algo consecuente con su vida de militancia.
Puigdemont se estableció después en Waterloo, cerca de Bruselas, para eludir a la justicia española, al contrario de varios de sus compañeros de gobierno, que se quedaron en Cataluña y acabaron siendo juzgados y condenados en 2019 a penas de hasta 13 años de cárcel, antes de ser indultados en 2021 por el gobierno de Pedro Sánchez.
En estos casi siete años transcurridos desde octubre de 2017, en los que ha ejercido de eurodiputado desde 2019, Puigdemont mantuvo un gran predicamento entre un sector duro del independentismo catalán.
En la primavera pasada, se instaló en el sur de Francia para hacer campaña para las elecciones catalanas de mayo.
Pero los socialistas llegaron de primeros en esos comicios, y su candidato, Salvador Illa, debe ser investido como nuevo presidente regional en el Parlamento catalán este jueves, día elegido por Puigdemont para hacer su breve reaparición.
D. Meier--BTZ