Muerte y devastación entre los restos de cuartel militar de Mikolaiv bombardeado
Del rostro cubierto de polvo, solo destacan los penetrantes ojos azules del soldado... vivo, evacuado de entre los escombros, treinta horas después de un terrible ataque a un cuartel militar en Mikolaiv, que dejó decenas de muertos.
Fue un periodista presente en el lugar quien escuchó ruidos bajo los escombros el sábado por la mañana y alertó a los rescatistas. Después de excavar con las manos durante una hora, logran sacarlo. En la camilla, el herido, en estado de shock, mira a los camilleros e intenta hablar.
"No menos de 200 soldados dormían en el cuartel", cuenta Maxim, un soldado de 22 años, que llegó desde otro puesto cercano, y que observa la escena con aire atónito. "Se han extraído al menos 50 cuerpos, pero no sabemos cuántos quedan bajo los escombros", prosigue el joven militar.
Evguéni, otro soldado en el lugar, estima que los ataques podrían haber matado a un centenar de personas.
Imposible por el momento tener un balance oficial o elementos más sobre el ataque. La información permanece bloqueada, cuando el discurso oficial quiere que Mikolaiv, "escudo" de Odesa, el gran puerto estratégico ubicado 130 km más al oeste, resista y rechace los ataques de las tropas rusas.
Las autoridades han estado diciendo durante varios días que las fuerzas enemigas han sido empujadas hacia Jersón, ciudad controlada por Rusia más al este. Pero los ataques mortales, que ya afectan a civiles y posiciones militares desde hace dos semanas, no cesan.
- Cuerpos despedazados -
"No estamos autorizados a decir nada, porque las operaciones de rescate no han terminado y no se ha notificado a todas las familias", explica en ucraniano y luego en ruso Olga Malarchuk, portavoz militar, visiblemente conmovida.
"Todavía no estamos en condiciones de anunciar un balance y no puedo decirles cuántos soldados estaban presentes", agrega. La presidencia ucraniana no responde preguntas sobre este bombardeo. En un vídeo publicado en Facebook, el gobernador regional de Mikolaiv, Vitali Kim, dijo: "Ayer los orcos lanzaron cobardemente ataques con misiles contra soldados dormidos”, y agregó que esperaba más información oficial de las fuerzas armadas.
En el sitio, los rescatistas y los bomberos llevan trabajando incansablemente desde el viernes, acompañados por el inquietante sonido de la excavadora que limpia la enorme pila de piedras, hormigón y barras de metal retorcidas.
Los rescatistas colocan un brazo ensangrentado y un trozo de torso humano sobre una lona. Más adelante, tres cuerpos, uno de ellos cubierto con una sábana blanca, son sacados de entre los escombros. Las bolsas militares y los chalecos antibalas de las víctimas se encuentran reunidos en un rincón.
A pocos metros del cuartel destruido, otro edificio menos dañado aún alberga un dormitorio y algunas oficinas. Todas las ventanas están rotas y hay botas militares esparcidas por el suelo.
Un pequeño cuadro de un icono religioso, así como fotos de soldados, han resistido colgados en la pared. Una placa de piedra gris, que representa a un marinero apoyado en un fusil y barcos al fondo, permanece en pie en medio de este espectáculo de desolación. Probablemente iba a ser colocado en la entrada del cuartel explotado. Aún se puede leer un poema cuyas primeras palabras son: "¡Combate! Vencerás".
K. Petersen--BTZ