Timor Oriental votará con la ilusión de poner fin al bloqueo político
Timor Oriental se apresta a votar este sábado para elegir a su presidente con la esperanza de poner fin a una parálisis política y económica que prevalece desde hace años en esta excolonia portuguesa.
Cerca de 860.000 electores de ese país del sureste asiático, de 1,3 millones de habitantes, están llamados a las urnas para designar al jefe de Estado de los próximos cinco años.
La pandemia de covid-19 asestó un duro golpe a la economía del país, empobrecido y mayoritariamente rural. A las consecuencias de la crisis sanitaria se sumaron las fuertes inundaciones causadas por el ciclón Seroja, que afectaron a la capital, Dili, en abril de 2021 y que dejaron unos cuarenta muertos.
Dieciséis candidatos competirán por el puesto, incluyendo cuatro mujeres. Nunca se habían presentado tantos candidatos desde que el país se independizó de Indonesia, en 2002.
El actual presidente, Francisco Guterres, apodado "Lu-Olo", de 67 años, que lidera también el partido Freitilin, se presenta para un segundo mandato.
En 2017, fue elegido en primera vuelta con el 57% de los votos gracias al apoyo de los dos principales partidos, el Congreso Nacional de Reconstrucción de Timor (CNRT) y el Frente Revolucionario para la Independencia de Timor Oriental (Fretilin).
Pero, en esta ocasión, se enfrentará al premio Nobel de la Paz José Ramos-Horta, de 72 años, que ya presidió el país de 2007 a 2012.
El exportavoz de la resistencia timorense recibió el apoyo clave de Xanana Gusmao, héroe de la independencia y figura destacada del CNRT.
El general Lere Anan Timur, también de la formación Fretilin, está considerado como un rival serio para el actual presidente.
- Generación de la independencia -
Si ninguno de los candidatos consigue la mayoría absoluta, se organizará una segunda vuelta el 19 de abril. El nuevo jefe de Estado será investido el 20 de mayo, aniversario de la independencia del país.
En Timor Oriental, el presidente tiene una función mayoritariamente honorífica. El país está situado en la mitad este de la isla de Timor, en el archipiélago indonesio, y tiene una superficie de unos 15.000 km2.
Con esta cita electoral, los votantes esperan poner fin al bloqueo de los últimos cuatro años, producto del enfrentamiento de las dos principales fuerzas políticas.
"Hay que volver a poner en marcha la maquinaria tras una parálisis que ha generado una crisis económica, por culpa de no poder votar los presupuestos" durante varios años, explicó Christine Cabasset, especialista en Timor Oriental y vicedirectora del Instituto de Investigación sobre el Sudeste Asiático Contemporáneo.
Esos candidatos forjaron su militancia en la lucha por la independencia y son fruto de aquella época, pero la importancia del electorado joven en un país en el que el 70% de la población tiene menos de 30 años podría beneficiar a otros candidatos.
La vida política en Timor Oriental se ha visto empañada frecuentemente por la violencia.
En 2018, unos disturbios ocurridos durante las elecciones legislativas dejaron decenas de heridos y, en 2006, las rivalidades políticas degeneraron en un conflicto abierto en Dili, en el que murieron decenas de personas.
Los dirigentes deberán tratar de enderezar la economía, muy trastocada porque los ingresos del petróleo -principal fuente de los presupuestos del Estado- se redujeron fuertemente. A ello se suma que el futuro del yacimiento Greater Sunrise sigue siendo incierto.
La excolonia portuguesa anexada por Yakarta en 1975 obtuvo su independencia en 2002, tras 24 años de sangrienta ocupación indonesia.
A. Williams--BTZ