Ucrania remece al gobierno español y divide a la izquierda radical
El envío de armas a Ucrania ha abierto una nueva brecha en la coalición de gobierno en España, entre el apoyo de los socialistas y la oposición de la izquierda radical, pero también ha partido a esta última en dos facciones antagónicas.
El anuncio lo hizo el presidente del gobierno, el socialista Pedro Sánchez, el miércoles pasado, cuando, dando un giro a su posición hasta el momento, informó al Congreso de los Diputados que España seguiría la estela de otros países europeos y enviaría material ofensivo a la "resistencia ucraniana" ante los ataques rusos.
"Un error", fustigó el portavoz de la formación de izquierda radical Podemos en la Cámara Baja, Pablo Echenique, quien resumió así la posición del socio minoritario de los socialistas: hay que apostar por la diplomacia, y enviar armas no sería "eficaz para acabar el conflicto".
La rivalidad dentro de la coalición la ahondó el domingo Ione Belarra, secretaria general de Podemos y ministra de Derechos Sociales, cuando cargó contra "los partidos de la guerra".
"Los partidos de la guerra te dicen que enviemos armas; os pido que pensemos cuáles son las medidas más eficaces para ayudar de verdad a los ucranianos y ucranianas (...) Hay que apostarlo todo por la diplomacia", remarcó Belarra en un acto de su partido.
"No ha faltado diplomacia, lo que ha sobrado es agresión" de Rusia, respondió el mismo domingo en un evento socialista Pedro Sánchez, cuyo gobierno envió el fin de semana cuatro aviones con lanzagranadas, cartuchos y ametralladoras ligeras.
- Ruptura en la izquierda radical -
Es una nueva colisión entre los socialistas y Podemos, que han chocado recurrentemente desde que formaran gobierno en enero de 2020, por los presupuestos del Estado, la reforma laboral, el precio de la electricidad... aunque hasta ahora la coalición ha seguido adelante.
El pacifismo del 'No a la guerra' "tiene una tradición simbólica importante" en la izquierda y le sirve a Podemos para "cargarse de argumentos" y diferenciarse de los socialistas, arguye a modo de explicación para la postura de Podemos Pablo Simón, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad Carlos III de Madrid.
Lo particular en esta ocasión es que el espacio de la izquierda radical, que cuenta con cinco ministros en el Ejecutivo, se ha dividido: la comunista Yolanda Díaz, número tres del gobierno y virtual candidata de Podemos en las próximas elecciones, se plegó a los socialistas.
"La política exterior de España la lidera el presidente del gobierno", zanjó la semana pasada Yolanda Díaz, ministra de Trabajo.
- ¿"Asfixia" a Díaz ? -
Para Pablo Simón, detrás del quiebre existe "una cuestión interna del propio Podemos, donde hay un malestar creciente e indisimulado" entre dos sectores: el liderado por Yolanda Díaz y otro encabezado por figuras tradicionales de Podemos, como Ione Belarra o Irene Montero, ministra de Igualdad.
Díaz es "partidaria de no generar tanto ruido en la relación con los socialistas porque está empezando a armar su candidatura para las próximas elecciones generales", en menos de dos años, sobre una plataforma a la que pretende sumar "independientes, cosa que no le gusta absolutamente nada a ese otro sector de Podemos", dice Simón.
La vicepresidenta tiene que "consolidar su opción como líder, entonces es lógico que una parte tire para un lado y otra para el otro, porque es un reposicionamiento interno de cara a las bases", secunda Paloma Román, doctora en ciencias políticas y profesora de la Universidad Complutense de Madrid.
El gran problema para Podemos "es que dependen de Yolanda Díaz, porque es la candidata más popular, es conocida y es la única que puede ensanchar electoralmente su espacio", señala Pablo Simón.
En unas elecciones "sin Yolanda Díaz como candidata, lo más probable sería un acusado retroceso de Podemos", advirtió en un artículo el sábado otro ministro de la izquierda radical, Alberto Garzón, quien repudió que Díaz esté sufriendo una "asfixia" por sectores a la izquierda de los socialistas.
Por lo pronto, los analistas descartan que el gobierno de coalición esté en peligro. La disputa "no creo que vaya a acabar con la coalición, porque, insisto, es más un problema interno de Podemos", concluye Paloma Román.
L. Andersson--BTZ