La calma vuelve a Guinea Bisáu tras golpe fallido que dejó 11 muertos
La calma volvió a reinar este miércoles en Guinea Bisáu, un día después del intento de golpe de Estado contra el presidente Umaro Sissoco Embalo, que dejó once muertos, según el gobierno.
"El gobierno lamenta (...) la pérdida de once hombres valientes durante el ataque. Once víctimas: militares y paramilitares, cuatro civiles, incluyendo un alto funcionario del ministerio de Agricultura y su chófer", detalló el portavoz gubernamental, Fernando Vaz, que también ocupa el cargo de ministro de Turismo.
Un balance anterior de una fuente castrense señalaba seis muertes, de militares abatidos en combates entre las fuerzas de seguridad con un grupo que atacó el palacio de gobierno.
Embalo, de 49 años, en el poder desde 2020, dijo el martes que había salido indemne y estaba sereno, después de haber permanecido durante varias horas bloqueado con sus ministros dentro del palacio, en medio de intensos tiroteos.
La vida parecía el miércoles normalizarse paulatinamente en la capital de este pequeño e inestable país del oeste de África. Los comercios y los empezaron a reabrir sus puertas, aunque casi sin clientes ni usuarios. El tráfico también era más fluido que de costumbre y los transportes públicos circulaban casi vacíos.
El acceso al palacio del gobierno estaba protegido por soldados y se veían patrullas militares en la zona.
El edificio, situado en la carretera del aeropuerto, fue atacado el martes por hombres armados cuando se celebraba una reunión del Ejecutivo presidida por el jefe de Estado.
Todavía no está claro quién organizó el golpe ni cuáles eran sus motivos.
El Estado Mayor de la Fuerzas Armadas puso en marcha una comisión para investigarlo, indicó un responsable militar.
Guinea Bisáu ha vivido varias turbulencias de este tipo en su historia reciente. Esta intentona golpista es además la última de una serie de golpes registrados últimamente en esta región de África del oeste.
Desde su independencia de Portugal en 1974, sufrió cuatro golpes, el último en 2012 y varias intentonas fallidas.
Desde 2014, las autoridades aseguran que están comprometidas en restaurar el orden constitucional.
El país sufre además una corrupción endémica y es una pieza fundamental en el tráfico de droga entre América Latina y Europa.
D. Fjodorow--BTZ