Berliner Tageszeitung - Manifestación en España contra el posible impacto ambiental de dos grandes proyectos industriales

Miles de personas y decenas de barcos protestaron este sábado en Galicia para denunciar el impacto medioambiental que tendría la instalación de una fábrica de la empresa papelera portuguesa Altri y la reapertura de una mina de cobre en esta región española. La protesta "por tierra y por mar", en términos de los organizadores, tuvo lugar en la localidad costera de A Pobra do Caramiñal, en las rías gallegas, unos largos brazos de mar que penetran en la tierra y que son fuente de riqueza pesquera de la zona.La Plataforma de Defensa de la Ría de Arousa, la organización convocante, a la que se unieron partidos políticos de izquierda y otros colectivos, denuncia que el proyecto de la gran empresa papelera portuguesa Altri de instalar una planta de lyocell, una fibra téxtil que se produce a partir de madera de eucalipto, oculta en realidad una planta de celulosa que contaminaría gravemente el río Ulloa y la ría de Arousa. La fábrica se instalaría en Palas de Rei, cerca de un tramo del Camino de Santiago, una vía de peregrinaje cristiana que cada año recorren cientos de miles de personas. La manifestación protestó también contra el proyecto de reabrir la mina de cobre a cielo abierto de Touro, que operó hasta 1986.La manifestación fue convocada en respuesta a la decisión del Gobierno regional gallego de declarar el proyecto de Altri viable ambientalmente."Esta fábrica en la cabecera de Ulloa puede ser la muerte de la ría de Arousa, pero va a afectar también a ecosistemas que deberían estar protegidos, va a afectar socioeconómicamente a nuestros sistemas primarios", explicó a la prensa Manoel Santos, representante de Greenpeace en Galicia.La empresa tras el proyecto se llama Greenfiber y es una filial de la empresa portuguesa Altri. Asegura que la fábrica no contaminará y que es "un proyecto industrial del siglo XXI que cumple rigurosamente todas las directrices de la Unión Europea a nivel ambiental", dijo a la televisión pública gallega (TVG) su portavoz, Olga López Arias.