"No se van a resolver 500 años en cuatro", dice la ministra de Pueblos Indígenas de Brasil
"Hemos conseguido más en un año que en los diez anteriores", dice la ministra brasileña de los Pueblos Indígenas, Sonia Guajajara, sobre la recuperación de las tierras ancestrales pese al surgimiento de "grupos criminales" como Invasión Cero y la oposición del parlamento de mayoría conservadora.
"Hay todavía muchos territorios pendientes (de demarcación) en Brasil", pero pese a la presión de los pueblos indígenas para recuperar sus tierras, el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva no va a resolver "500 años en cuatro", dice la primera indígena que ha llegado a ministra durante una entrevista a la AFP al margen de la Asamblea General de la ONU y de la Cumbre del Clima en la que participó.
Desde que Lula regresó a la presidencia de Brasil en enero de 2023, su gobierno ha conseguido devolver 10 territorios a los pueblos indígenas y otros procesos están en vías de solución, dice Guajajara, tocada con una corona de plumas blancas.
Después de 17 años, el ministerio de Justicia firmó el miércoles la declaración de la tierra indígena Sawré Muybu del pueblo Mundukuru en el estado de Pará, donde viven unas 420 personas.
Estas demarcaciones suponen casi 853.000 hectáreas que ahora protege el gobierno federal, otras tres declaradas como tradicionalmente ocupadas por pueblos originarios y tres más delimitadas, pese a las trabas de la legislación y la política.
"Estamos trabajando en la articulación con el Supremo Tribunal Federal y el propio Congreso Nacional para poder avanzar" para derogar una ley temporal que impide que muchos procesos de demarcación puedan ser concluidos, recuerda.
Ante la ola de incendios que vive Brasil y la deforestación de la Amazonía, que en menos de cuatro décadas ha destruido un área de bosques tan grande como Colombia, la demarcación significa preservación.
Según un estudio reciente de la Red Amazónica de Información Socioambiental Georreferenciada (RAISG), la región amazónica, considerada el "pulmón" del planeta, ha sufrido una transformación acelerada y un "alarmante aumento" en el uso del suelo para la minería (1.063%), la agricultura (598%) y la ganadería (297%), con la consiguiente pérdida de ecosistemas.
La deforestación propició a su vez los incendios que arden en la mayor selva tropical del planeta.
Un grupo de líderes indígenas de varios países de la cuenca amazónica instaron la víspera a la comunidad internacional a que actúe para hacer frente a los incendios y la sequía extrema que amenazan ecosistemas vitales como la Amazonía, el Gran Chaco o el Pantanal.
Más de 88 millones de hectáreas de bosques fueron destruidas en Brasil, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Venezuela, Guyana, Surinam y Guyana Francesa, según los datos satelitales del sistema MapBiomas Amazonas de la red.
- "Crimen organizado" -
"Los pueblos indígenas tienen otra relación, otro cuidado" con el bosque, dice la ministra. "Entienden la importancia de mantener esos territorios vivos y cuidan para que no ardan".
Sin embargo, según Guajajara, muchos de los incendios que han llenado de humo los cielos del país en las últimas semanas, son de origen "criminal", provocados "por personas que no están de acuerdo con el gobierno" de Lula.
"Personas que quieren provocar un caos político para dificultar al gobierno federal el combate" contra las reivindicaciones de los indígenas.
Para Guajajara es particularmente "preocupante" la organización "criminal" que se creó en Brasil con el grupo llamado Invasión Cero, que "combate" la recuperación de las tierras indígenas por sus dueños originarios y está a favor de la "explotación ilegal de los territorios". "Es crimen organizado", denuncia.
- Parte de la solución -
En un mundo afectado por el cambio climático, pide a la gente que "sea parte de la solución y entienda que los territorios indígenas son las zonas más preservadas, donde hay capas freáticas y los manantiales se debe a los bosques que garantizan la lluvia".
"Si falta eso nadie tiene garantizada la vida", subraya, por lo que invita a la gente a "ayudar a preservar".
"Se trata de entender que es un problema conjunto y necesitamos encontrar soluciones también de forma conjunta", dice.
Las invasiones de los territorios indígenas para la explotación minera y la destrucción del bosque tropical acaba con las fuentes de alimento y el agua, repercutiendo en la desnutrición y la mortalidad infantil, asesinatos y suicidios, según recientes informes.
A ello se suma la desinformación y las noticias falsas, que se ensañan también con los pueblos indígenas, dice.
K. Berger--BTZ