Los elefantes se llaman por su nombre
Los elefantes se llaman entre ellos mediante el equivalente a un nombre, diferente según el paquidermo, indicó un estudio publicado este lunes en la revista científica Nature, basado en la observación de dos manadas salvajes en Kenia.
La investigación "demuestra que los elefantes no sólo usan una vocalización específica para cada individuo, sino que reconocen y responden a una llamada dirigida a ellos mientras ignoran las que son dirigidas a otros", explica su principal autor, Michael Pardo.
El estudio "apoya la idea de que los elefantes pueden inventar nombres arbitrarios para los demás", prosigue este especialista en comunicación de paquidermos de la Universidad Estatal de Colorado, citado en un comunicado.
Para llegar a esta conclusión, los científicos usaron grabaciones realizadas por la asociación Save the Elephants en la reserva de Samburu y el parque nacional de Amboseli, en Kenia.
Con ayuda de un algoritmo, identificaron 469 llamadas distintas, que incluían 101 elefantes que emitían una llamada y 117 que la recibían.
Los elefantes emiten una amplia gama de sonidos, desde fuertes trompetazos hasta murmullos que el oído humano no puede oír.
Según el estudio, el paquidermo, al igual que los humanos, asigna un nombre arbitrario al miembro de la manada con el que desea comunicar. La investigación subraya que no lo hace mediante una vocalización que imite el sonido producido por el animal al que se dirigen, como sí hacen los delfines y los loros.
Estas observaciones sobre los elefantes "indican que tienen una capacidad de pensamiento abstracto", señaló el profesor George Wittemyer de la Universidad de Colorado, supervisor del estudio, citado en el comunicado.
Los llamados, que suelen emitirse en forma de gruñidos, son más frecuentes a distancia y en el caso de adultos que hablan con críass. Los adultos también son más propensos a utilizar estos sonidos que los jóvenes, lo que sugiere que la capacidad de pronunciar los nombres requiere años de entrenamiento.
El estudio sugiere que el comportamiento extremadamente social de los elefantes ha podido favorecer el desarrollo de esta capacidad de comunicación.
D. O'Sullivan--BTZ