El Líbano busca aliviar la crisis de basura estimulando el reciclaje
Sin bajarse de su coche, en las afueras de Beirut, Renata Rahmé entrega un viejo electrodoméstico a cambio de dinero, una novedad en un país desbordado por una tremenda crisis de basura.
Detrás de ella otros conductores esperan para entregar botellas vacías, envases de plástico o cartones.
"Lo importante no es tanto el dinero como participar en la iniciativa. Intentamos hacer algo mejor para la comunidad, para el país, para la sociedad", explicó Renata Rahme, productora de cine de 47 años.
Los vertederos en el Líbano están desbordados. La basura se quema ilegalmente en basureros irregulares y los desechos invaden la costa del Mediterráneo.
El reciclaje estatal ha desaparecido en un país azotado por tres años de colapso económico.
"El gobierno estaba a cargo de este sector, pero ahora está en quiebra", dijo Pierre Baaklini, de 32 años, fundador de la empresa Lebanon Waste Management (LWM, Gestión de Residuos en el Líbano).
Hace un año abrió un primer puesto de reciclaje para automovilistas y en febrero de 2023 instaló otro en Burj Hammoud, un suburbio de Beirut conocido por su cercanía a un vertedero.
Con más de 80% de la población libanesa en condición de pobreza, los más pobres sobreviven buscando en los basureros cualquier cosa que puedan vender para reciclaje o como chatarra.
Baaklini dice que sus clientes generalmente son ambientalmente conscientes y parte de la minoría "con ingresos suficientes".
La gente llega al lugar en coche, registra sus datos y coloca bolsas y cajas de material reciclable sobre el mostrador. Los empleados reciben de todo, desde cartón hasta plástico, vidrio, metal, electrónicos, baterías e incluso aceite descartado.
Los precios aparecen en un rótulo: un kilo de cartón vale 2.000 libras libanesas (dos centavos de dólar) mientras las latas de aluminio valen 50.000 libras por kilo.
Rony Nashef, de 38 años, entregó bolsas desbordadas de plástico. En Líbano, mucha gente depende del agua embotellada para beber.
Reciclar "definitivamente es una solución mucho mejor al problema de la basura en el Líbano", comentó Nashef.
El Líbano vivió una espectacular crisis de desechos en 2015, cuando ríos de basura colmaron las calles y alcanzaron el mar, causando protestas multitudinarias.
No se han encontrado soluciones de largo plazo, y el problema se agravó desde que dos plantas de separación de desechos fueron destruidas en la catastrófica explosión de agosto de 2020 en el puerto de Beirut.
- "Por la comunidad" -
Tras bambalinas en el drive-in, el material es organizado cuidadosamente y el plástico es limpiado y cortado en tiras.
Los dos puestos han recogido un total de 450 toneladas de reciclables, dijo Baaklini, quien agregó que los materiales se venden a clientes locales y extranjeros.
"Lo que estamos haciendo aquí también es educación" y creando conciencia, afirmó. Alumnos de escuelas a veces visitan la planta para aprender sobre reciclaje.
El ingeniero ambiental Ziad Abichaker consideró que el reciclaje siempre fue desdeñado por las autoridades.
Solo "alrededor de 10%" de los desechos diarios de Líbano, de 5.000 toneladas, se reciclan según Abichaker, líder de Cedar Environmental, un grupo especializado en tecnologías de "cero desechos".
Las autoridades estudiaban un plan nacional de manejo de desechos pero no ha habido avances debido al estancamiento institucional, afirmó.
Desde hace más de un año, Líbano tiene un gobierno interino con poco poder.
Según Abichaker, "90% de las plantas de gestión de desechos construidas a lo largo de años" con dinero de donaciones internacionales dejaron de funcionar por "diseños defectuosos" y "corrupción".afirmó que la primera vez que llegó al drive-in de reciclaje no sabía que debía separar los materiales.
U. Schmidt--BTZ