La lucha de una anciana vietnamita por las víctimas del agente naranja
En su juventud, Tran To Nga fue corresponsal de guerra, prisionera y activista. Ahora, a sus 81 años, libra una batalla legal contra empresas químicas estadounidenses por obtener justicia para las víctimas vietnamitas del agente naranja
Nga es la primera y única civil en demandar a las 14 multinacionales químicas, incluidas Dow Chemical y Monsanto, que producían y vendían el herbicida tóxico rociado en Vietnam por las fuerzas estadounidenses durante la guerra.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), algunos lotes del agente naranja estaban contaminados con una dioxina altamente tóxica que está bajo investigación por su posible vínculo con ciertos tipos de cáncer y diabetes.
En mayo de 2021, una corte francesa rechazó la demanda de Nga, que vive en París. Pero ella no desistió.
"No me detendré. Estaré del lado de las víctimas hasta mi último aliento", declaró Nga a AFP en Hanói, durante una visita.
"Esta será mi última lucha y la más difícil de todas", agregó la mujer, una víctima del agente naranja que pasó nueve meses detenida por el régimen de Vietnam del Sur por sus supuestas relaciones con altos dirigentes comunistas.
La activista dio a luz a su hija menor en prisión, antes de ser liberada cuando los comunistas derrotaron al gobierno de Vietnam del Sur, apoyado por Washington, el 30 de abril de 1975.
- Polvo húmedo -
Al igual que muchas víctimas iniciales, no supo que había sido expuesta al agente tóxico.
Estaba basada en una base militar Viet Cong cerca de Saigón, ahora llamada Ciudad Ho Chi Minh, como pasante de periodismo en la Agencia de Noticias Liberación, de Hanói.
Al salir un día de un refugio subterráneo, Nga fue "cubierta por un polvo húmedo de un avión estadounidense".
"Me duché cuando me dijeron que era un herbicida lo que me habían rociado. Pero luego lo olvidé", contó.
Entre 1962 y 1971, aviones estadounidenses rociaron unos 68 millones de litros de agente naranja, llamado así porque se almacenaba en barriles con borde color naranja, para desfoliar selvas y destruir las cosechas del Viet Cong.
En ese tiempo, nadie sabía que habían sido expuestos a la sustancia que muchos creen que destruyó no solo sus vidas, sino la de sus hijos y nietos.
En 1968, un año después de la exposición, Nga dio a luz a su primer bebé, una niña que presentó un defecto cardíaco congénito que vivió solo 17 meses.
"Por mucho tiempo, me culpé a mí misma de ser una mala madre por dar a luz a una bebé enferma y no poder salvarla", contó Nga a AFP.
Décadas más tarde sospechó que su hija fue víctima del agente naranja cuando conoció a veteranos y sus hijos minusválidos con casos similares.
La Asociación Vietnamita de Víctimas del Agente Naranja dice que 4,8 millones de personas fueron expuestas directamente al química y más de 3 millones desarrollaron problemas de salud.
El departamento estadounidense de Veteranos de guerra ha dicho que asume, aunque sin pruebas científicas, que algunos casos de cáncer, diabetes y defectos congénitos están asociados a la exposición al agente naranja.
También ha reconocido una relación del producto con hijos de veteranos con espina bífida, un defecto de nacimiento que impide el desarrollo correcto de la médula.
Incluso Nga sufre de sus efectos, con diabetes tipo 2 y cáncer.
- "Mi ídola" -
En un sitio de atención de víctimas del agente naranja en un suburbio de Hanói, Nga conoció a Vuong Thi Quyen.
Vuong Thi Quyen, de 34 años, nació con una deformación de espina luego de que su padre fuera expuesto a la dioxina durante la guerra.
"Estoy feliz de conocer a Nga, mi ídola. Ella ha hecho mucho por las víctimas del agente naranja", declaró Quyen a AFP.
Después de la guerra, Nga pasó años como profesora de una escuela de Ciudad Ho Chi Minh antes de convertirse en el enlace entre los donantes en Francia y las víctimas del agente naranja en Vietnam.
"No tengo odio por el gobierno o el pueblo estadounidense. Aquellos que causaron devastación y dolor deben pagar por lo que hicieron", sostuvo Nga, una química de profesión.
Durante el juicio en Francia, las multinacionales alegaron que no son responsables por la forma en que los militares estadounidenses utilizaron el producto, y la corte determinó que "actuaron bajo órdenes de" Estados Unidos, por lo cual no eran imputables.
Nga dice que le ofrecieron "mucho dinero" por resolver el caso pero "me negué a aceptar".
Más bien inició una campaña de recaudación para financiar una apelación, prevista para 2024.
Hasta ahora solo los veteranos de Estados Unidos y sus aliados en la guerra han sido compensados por el agente naranja.
En 2008, una corte federal de apelaciones estadounidense reafirmó el rechazo a una acción civil de querellantes vietnamitas contra grandes empresas químicas.
"La lucha por hacer justicia por las víctimas del agente naranja tomará mucho tiempo", admitió Nga.
"Pero creo que elegí el camino correcto".
W. Winogradow--BTZ