Temporada especialmente letal en un Everest con récord de afluencia
Escalar el Everest es siempre peligroso, pero los guías nepalíes advierten que los alpinistas extranjeros sin experiencia ni paciencia, los recortes en seguridad y el clima extremo convirtieron esta temporada de ascenso en una de las más letales.
Mientras los últimos equipos de búsqueda y rescate cuelgan las botas y la ciudad de tiendas del campamento base empieza a recoger todo hasta el próximo año, los escaladores expertos aseguran que varios de los 17 muertos y desaparecidos de esta temporada podrían haberse evitado.
"Esta temporada ha sido muy mala en general", dice el organizador de expediciones Mingma Gyalje Sherpa, de Imagine Nepal Trek and Expedition, cuyo equipo se encargó de abrir la ruta hacia la cima.
"La razón principal es que el tiempo era extremadamente frío (...) pero también hubo negligencia", afirma.
Las últimas temporadas registraron un alto número de muertos, pero entre ellos había varios ocurridos en un único y grave desastre.
Por ejemplo, en 2014, 16 guías nepalíes murieron por una avalancha, lo que provocó el cierre del acceso a la cumbre situada a 8.849 metros.
El peor balance fue en 2015, cuando al menos 18 personas murieron en un terremoto que causó casi 9.000 víctimas en todo el país.
Esta temporada, 12 personas murieron y otras cinco están desaparecidas.
Diez de ellas son extranjeras, el peor balance registrado. También hay siete nepalíes entre guías, trabajadores de empresas de montaña y un escalador.
Alrededor de cinco alpinistas mueren cada año camino al punto más alto del planeta.
Algunos alegan que muchos escaladores extranjeros no están preparados para lo que es uno de los mayores desafíos para el cuerpo y la mente.
Nepal emitió esta temporada un récord de 478 permisos a alpinistas extranjeros, con un total de 600 escaladores y guías llegando a la cima, lo que provocó un llamado para limitar este flujo.
- Frío gélido -
Los guías más experimentados aseguran que nunca habían experimentado tanto frío en la montaña, con temperaturas glaciales más bajas de lo habitual que añadían peligro a la expedición.
"Debería hacer ya más calor, alrededor de -28 ºC", asegura Mingma Gyalje Sherpa. "Este año incluso llegó a -40 ºC", agrega.
El cambio climático altera dramáticamente los patrones meteorológicos y provoca fluctuaciones extremas de la temperatura.
Pero los científicos también alertan contra el hecho de vincular sucesos individuales al calentamiento global sin haber pruebas de ello.
Tres de los compañeros de Mingma Gyalje Sherpa que abrieron la ruta a la cumbre murieron después de llevar las cuerdas hasta el Campamento base 2 cuando un bloque de hielo los sepultó en el glaciar de Khumbu.
A medida que la temporada avanzaba, más montañistas murieron o desaparecieron en las alturas heladas.
Otros sufrieron congelamientos e infecciones relacionadas con el edema pulmonar de las alturas, que ocurre cuando el líquido se acumula en los espacios de aire de los pulmones.
Mingma Gyalje Sherpa explica que el tiempo gélido y el viento intenso provocó congelamientos de muchos guías y porteadores al comienzo de la temporada.
Esto tuvo repercusiones en el equipamiento de los campos de más altitud.
"El Campamento 4 no estaba suficientemente preparado y no todos los suministros llegaron allí (...) Pero los clientes estaban impacientes y la escalada comenzó", explica.
"Creo que algunas de las víctimas podrían haberse evitado si hubieran llegado todos los suministros", asegura.
El rápido crecimiento de esta industria ha creado una feroz competencia entre compañías, lo que también hace temer que algunas recorten los presupuestos en seguridad para rebajar su precio.
Lukas Furtenbach, de la empresa austríaca Furtenbach Adventures, afirma que la mayoría de las muertes podrían haberse evitado "con unos estándares de seguridad obligatorios".
"Estos accidentes tienen todos un patrón similar", afirma.
"Esto, combinado con el hecho de que se robaron las bombonas de oxígeno de varios equipos, incluido el nuestro, demuestra uno de los principales problemas de esta temporada: la logística del oxígeno y las normas de seguridad".
- "Exhaustos" -
Muchos alpinistas desistieron, incluso perdiendo los 11.000 dólares no reembolsables del permiso y al menos otros 30.000 dólares de la expedición.
"Afectó la confianza de la gente. Cuando vas viendo gente que se enferma, que debe ser rescatada, o cadáveres que son evacuados, incluso el montañista más en forma tiene dudas", opina Dawa Steven Sherpa del organizador de expediciones Asian Trekking.
Pero la temporada se cobró un peaje más duro en los guías que engrasan y mantienen la maquinaria del Everest.
Estos guías, normalmente de la etnia sherpa de los valles alrededor del Everest, son la columna vertebral de la industria del alpinismo y asumen grandes riesgos para cargar equipaje y comida, fijar cuerdas y reparar escaleras.
Los rescates cada vez más necesarios también requieren más personal.
El guía de montaña Gelje Sherpa, de 30 años, se hizo célebre al forzar a su cliente a renunciar a la cima para salvar a un escalador malasio en la "zona de la muerte", situada por encima de los 8.000 metros.
Lo descendió hasta el Campamento 4 durante seis horas, bajándolo a cuestas cuando no podía arrastrarlo.
"Ha sido un año física y emocionalmente agotador para los sherpas", dice Dawa Steven Sherpa. "Algunos partieron, muchos resultaron heridos, lo que significa que quienes se quedaron en la montaña tenían demasiado trabajo. Todo el mundo está exhausto".
O. Larsen--BTZ