"Cooperar" contra el cambio climático o "morir", la disyuntiva de los líderes en la COP27
La humanidad se enfrenta a la disyuntiva de "cooperar" ante el cambio climático o "morir", advirtió este lunes el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, ante un centenar de líderes reunidos en Egipto con motivo de la COP27.
"La humanidad tiene una elección: cooperar o morir. O un pacto por la solidaridad climática, o un pacto por el suicidio colectivo", dijo Guterres en su discurso.
"Hemos visto una catástrofe tras otra. En cuanto nos recuperamos de una, viene otra", lamentó el anfitrión y presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi.
"No podemos aceptar que nuestra atención no esté en el cambio climático" pese a "la guerra de Ucrania y otros conflictos", porque "el cambio climático tiene su propio calendario", advirtió el jefe de la ONU.
La cita climática anual de la ONU será una nueva etapa del forcejeo habitual entre países industrializados y en desarrollo, básicamente en torno al dinero que hay que destinar para adaptarse a los cambios, reducir la emisión de gases de efecto invernadero y eventualmente pagar el inventario de daños y pérdidas.
La COP27 congrega a casi 200 países hasta el próximo 18 de noviembre.
- "Los europeos son los únicos que pagan" -
"Estados Unidos y China deben responder" al desafío ya que los europeos son "los únicos que pagan", declaró Macron en un encuentro con jóvenes, antes del plenario.
Los grandes países emergentes "tienen que abandonar rápidamente" el carbón como fuente energética, exigió el mandatario francés.
El presidente chino, Xi Jinping, no acudirá a la COP27.
El presidente estadounidense, Joe Biden, sí que vendrá, por unas horas el 11 de noviembre.
La presencia latinoamericana este año en la cumbre de líderes se reduce a dos mandatarios: el colombiano Gustavo Petro y el venezolano Nicolás Maduro.
Para los próximos días se espera la llegada del presidente electo brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, invitado por Egopto.
Petro denunció en su discurso el "fracaso" de las conferencias del clima, y propuso un decálogo de medidas radicales para evitar "la extinción" del planeta.
"Sólo es la planificación pública y global multilateral la que permite pasar a una economía descarbonizada mundial. La ONU debe ser el escenario de dicha planificación" dijo.
- Daños y pérdidas -
Tras una intensa negociación, los países miembros de la COP aceptaron debatir en Egipto la creación de un fondo específico para paliar los efectos de sequías, inundaciones y fenómenos meteorológicos extremos.
No se trata de indemnizar a los países pobres, insisten los naciones industrializadas, que son las que históricamente han emitido masivamente los gases de efecto invernadero, responsables del cambio climático.
La mayoría de los países miembros de la COP, agrupados en el denominado G77, liderado actualmente por Pakistán, consideran en cambio que sí cabe hablar de compensaciones, y que hay que entregarlas lo antes posible.
Pero que se vaya a hablar de "daños y pérdidas" en Sharm el Sheij no significa que vaya a crearse ese fondo. Los países tienen aún dos años para seguir negociando.
La desconfianza reina, máxime cuando los países industrializados siguen sin cumplir con el objetivo de movilizar 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los pobres a recortar sus emisiones y también a adaptarse a los efectos del cambio climático.
A la cuestión financiera se suma la preocupación primera de recortar las emisiones de gases causantes del efecto invernadero, en un contexto revolucionado por la crisis del suministro energético en Europa, a causa de la invasión rusa de Ucrania, y el auge renovado del gas.
Desde el año pasado, menos de 30 países reforzaron sus objetivos de reducción de emisiones, a pesar del compromiso común de los casi 200 miembros de la COP.
- Equilibrismo -
Con todos los indicadores climáticos en rojo, la cumbre se anuncia como un delicado ejercicio de equilibrismo entre la exigencia de recortar emisiones, y el argumento de países en desarrollo de que los más industrializados no les pueden negar el derecho a explotar ahora sus hidrocarburos.
El tiempo apremia cada vez más, ya que según las recientes previsiones de la ONU el calentamiento podría alcanzar +2,4 ºC hacia el año 2100 e incluso +2,8 ºC si se mantiene la trayectoria actual.
La ONU propuso por otro lado un plan de acción de más de 3.000 millones de dólares para que de aquí a cinco años toda la población mundial esté protegida por un sistema de alerta temprana de desastres meteorológicos.
P. Rasmussen--BTZ