La tragedia lleva un impulso de solidaridad a la pequeña comunidad de Uvalde
Decenas de personas se acercan este sábado a las 21 cruces de madera blancas instaladas en una plaza de Uvalde (Texas) en homenaje a las víctimas del tiroteo del martes en una escuela. En silencio, forman un círculo alrededor del monumento improvisado, se dan las manos y rezan.
Desde el miércoles, vecinos de esta pequeña ciudad y de otras localidades acuden a todas horas a ese espacio situado frente al tribunal local.
Lo hacen para recordar a los 19 niños y dos profesoras asesinados y también para mostrar su solidaridad con los afectados por la tragedia.
"Es importante estar aquí, darle el pésame a la comunidad", dice Rosie Varela, de 53 años, que viajó una hora desde la ciudad texana de Del Río, con su marido y su hijo adolescente.
"No están solos; estamos aquí para apoyarlos. Habría sido triste que nadie viniera aquí", añade con lágrimas en los ojos.
Los presentes dejan flores, peluches y notas de papel que se unen a los numerosos mensajes de cariño escritos en las cruces, palabras como "Te quiero" o "Te extrañaré".
Gilbert Rodriguez no puede ni imaginar el dolor de quienes perdieron a sus niños en la matanza. Él mismo es padre de cinco hijos de entre ocho y 22 años, y viajó 130 km desde San Antonio para mostrar su solidaridad con las víctimas.
"Todo el mundo ha venido para donar sangre y también dinero, para que los familiares no tengan que ir a trabajar y puedan estar en casa y hacer su duelo en paz", dice Rodriguez, de 47 años.
- "Uvalde va a ser fuerte" -
Cerca de ahí, grupos de niños dibujan corazones de tiza o escriben pasajes de la Biblia en el suelo.
Bear Berman, de 62 años, vino desde Orlando (Florida), unos 2.000 km al este de Uvalde, para ayudar a la población a lidiar con el dolor.
La asociación a la que pertenece lleva a perros de apoyo emocional a escenarios de tragedias en Estados Unidos.
Junto con Macy, una golden retriever, recorre la plaza y deja que los niños y los adultos se acerquen a ella y la acaricien.
"Los perros tienen la capacidad natural de bajar la presión arterial y hacen que el cuerpo libere oxitocina, que es una hormona calmante", explica Berman. También "escucharán lo que pesa en tu corazón, sin contar tus secretos. Sólo te aportarán felicidad", añade.
Humberto Renovato, el hombre que ha pedido a los presentes que rezaran con él en círculo, nació y creció en Uvalde.
Junto al monumento a las víctimas, confía en que la solidaridad entre los habitantes de esta pequeña ciudad de mayoría hispana permita salir adelante tras el tiroteo.
"Uvalde va a ser fuerte. Siempre ha sido una ciudad muy impulsada por la comunidad", asegura el hombre de 33 años. "Cerraremos las calles sólo para tener un desfile, para celebrar que los niños se van de viaje en autobús, lo que sea. Siempre hemos sido una ciudad que festeja".
K. Berger--BTZ