Apicultoras peruanas desafían el cambio climático con fondos que dividen a la COP29
En las montañas de Cajamarca, en el noreste de Perú, un vivero salva a millones de abejas de morir por falta de alimento. Quince mujeres convirtieron un pequeño fondo no reembolsable en una modesta pero exitosa iniciativa de adaptación a la crisis climática.
Todo comenzó en 2021, cuando Karina Villalobos y sus socias se unieron para producir miel a pequeña escala en Chilal, un caserío de 800 pobladores enclavado a 2.655 metros de altura, en un entorno desafiante.
Poco antes, Perú y el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) habían lanzado Avanzar Rural, un plan destinado a pequeños productores en zonas aisladas y vulnerables frente a las mudanzas climáticas.
En el marco del programa, una funcionaria municipal llegó hasta Chilal para invitar a las mujeres y jóvenes a concursar por un fondo de 27.000 dólares no reembolsables.
"Nos dijeron que lo primero era asociarnos y lo hicimos para trabajar con nuestras abejas. Nos organizamos como una colmena; nos evaluaron y salimos ganadoras", cuenta Villalobos, al relatar el nacimiento de Hojuelas de Miel.
Era la primera vez que escuchaban hablar de financiamiento climático, un tema espinoso que tranca las negociaciones de la COP29, la conferencia climática de la ONU, que se celebra desde el 11 hasta el 22 de noviembre en Bakú, Azerbaiyán.
En su caso, el objetivo era combatir los ciclos alterados de lluvia y sequía que afectan la floración y la disponibilidad de néctar y polen para las abejas, a lo que se suma la pérdida de su hábitat por la deforestación.
Con la ayuda, Villalobos construyó un arca de Noé para sus colmenas, un vivero de plantas y flores nativas más resistentes a los cambios bruscos del clima que siembran alrededor de los apiarios.
- Primera línea desfinanciada -
Avanzar Rural ha financiado en los últimos cuatro años 1.031 pequeños emprendimientos y beneficiado a 17.557 personas, con aportes del FIDA (24 millones de dólares) y del Estado (45 millones).
El programa estará vigente hasta 2026. "El éxito fue articularse con gobiernos locales para hacer las convocatorias en zonas muy apartadas", explica Susy Bengolea, coordinadora de Avanzar Rural.
Cada plan recibe máximo 27.000 dólares que deben ser ejecutados "entre 12 y 24 meses", bajo nuestra fiscalización y acompañamiento, añade.
En contrapartida, Hojuelas de Miel debió reunir unos 3.800 dólares (el 10% del plan de negocios) para recibir el 70% de los 27.000 dólares y comenzar a comprar equipos y contratar asesores técnicos, ambientales y financieros.
Antes de un año ya habían recibido el dinero restante.
Estas mujeres están "en la primera línea de afectación ante los cambios climáticos", explica Juan Diego Ruiz, jefe del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola de las Naciones Unidas (FIDA) para la región andina y Cono Sur.
Sin embargo, de "todos los flujos internacionales de financiación climática se estima que menos del 2% se dedica directamente a trabajar con las comunidades rurales, comunidades campesinas y poblaciones indígenas", recalca.
Las mujeres de zonas rurales son el segmento de la población con menos acceso al sistema financiero en Perú, una exclusión agravada por la informalidad de la economía que supera el 70%.
Villalobos confirma esta realidad: no tenemos "un documento donde diga esto nos pertenece, porque quien es la cabeza del terreno es el varón, entonces ¿cómo sacar un préstamo?" en un banco.
De los 3,5 millones de mujeres del sector rural en Perú, el 41% de ellas no generan ingresos propios y solo un 16% cuenta con una tarjeta de débito, según la estadística oficial.
En 2023 el FIDA destinó para América Latina unos 1.000 millones de dólares, de los cuales el 60% fueron invertidos en "acción climática" para ayudar a las poblaciones rurales a "limitar los impactos y reducir la vulnerabilidad" frente a los eventos extremos, explica Ruiz.
- Un arca y un banco -
Hojuelas de Miel montó un pequeño centro de procesamiento en Chilal. Con la producción en alza, en 2022 hubo una atípica temporada de lluvias que impedía a las abejas salir por su sustento.
En esa época las mujeres alimentaban las colmenas con un jarabe a base de azúcar y vitaminas, mientras en su vivero cultivaron plantas más resistentes frente a los cambios bruscos del clima.
Así salvaron las colmenas y sus buenas prácticas les permitió recibir un incentivo adicional de 4.000 dólares de Avanza Rural, con los que iniciaron un banco comunitario.
"Nos prestamos entre nosotras a un interés de 2% mensual y cada mes aportamos 20 soles (cinco dólares), así hemos crecido pero queremos que nuestro banquito pueda servir dentro de poco a la comunidad", dice Karina Villalobos.
Hojuelas de Miel explota hoy 89 colmenas y factura unos 13.000 dólares al año. "Hoy somos mujeres empoderadas y resilientes", se felicita la mujer.
I. Johansson--BTZ