"Alcarràs", una oda a la familia y al campo español en la Berlinale
"Alcarràs", de la directora española Carla Simón, presentada este martes en la recta final de la Berlinale, es una oda a la familia y al campo español, una película que huele a sudor y a melocotones.
Rodada en plena temporada de recogida de la fruta en Alcarràs, una localidad catalana, el largometraje narra la historia de los Solé, una familia que se ocupa desde hace tres generaciones de las tierras de una familia adinerada, los Pinyol.
El heredero de los Pinyol quiere arrancar los melocotoneros para instalar placas solares, lo que deja a los Solé, y en especial al patriarca de la familia, Quimet, ante la disyuntiva de adaptarse o partir.
Simón (35 años) es una directora cuyo primer largometraje "Verano 1993" se alzó no solamente con un premio a la mejor opera prima en la Berlinale de 2017, sino también con tres Goyas de la Academia del cine española.
Para "Alcarràs", que concursa al Oso de Oro, la joven directora vuelve a rodar con un tono cercano al documental. Escenas de familia, actores no profesionales, el tiempo y el paisaje que van marcando el ritmo de la película, el destino de los personajes.
- Modelo condenado -
"Este modelo de agricultura familiar no tiene fácil arreglo en estos momentos, porque es muy difícil que vayan a regular el precio de la fruta para unos agricultores. Cada vez hay más empresas grandes que se dedican al cultivo", explicó a la AFP la directora en entrevista.
"Mi familia cultiva melocotones, es una familia muy grande, en la que las cuestiones emocionales afectan a todos, por eso decidimos hacer este trabajo coral, que fue muy complejo", explicó.
Carla Simon dice que no quiere juzgar la transición hacia un modelo alternativo como es la energía solar.
El personaje de Quimet en la película ve con frustración la llegada de esas placas solares, llega a obsesionarse con ellas; pero su hermano no duda en cambiar de oficio para dedicarse a su instalación.
Una decisión que añadirá tensión a la familia.
"Es muy curioso que justo ahora surgió la noticia de que se van a poner hectáreas de placas solares en Alcarràs. Me parecía interesante que todas las opciones fueran validas, y no hay un 'hacerlo bien' y un 'hacerlo mal'", explicó Simón.
El cásting de la película fue laborioso: Simón y su productora, María Zamora, tenían decidido utilizar actores no profesionales, así que fueron visitando fiestas populares de la región, para ir seleccionando una a una las personas, y luego convencerlas de participar.
En el proceso participaron unas 7.000 personas.
El sistema funcionó tan bien que los actores formaron una "familia" en la vida real, y ahora se llaman en tono humorístico por su nombre ficticio.
"La experiencia fue brutal, pasar de estar en el campo a poder mostrar lo duro que es este trabajo y lo poco valorado que está... me llenó", explicó en rueda de prensa Albert Bosch, uno de esos actores, joven agricultor.
"Hace tiempo que pienso que cuando uno se sienta ante el plato, esto es así porque eso realmente eso es lo que sucede en la agricultura, cada día del año", añadió Jordi Pujol, que interpreta a Quimet.
"Alcarràs" juega también con la mirada de los niños, algo que hizo de "Verano 1993" una película especial y que recibió el elogio de la crítica.
Simón perdió a sus padres cuando era una niña, y dar voz a los niños es una de sus características.
"Es natural para mí quizás por el hecho de que viví una infancia vulnerable. Me gusta hablar con ellos y poderlos dirigirlos. Y aportan a los adultos: les obligan a ser más espontáneos", aseguró.
S. Soerensen--BTZ