Emir de Catar viaja a la Casa Blanca buscando aprovechar la crisis en Ucrania
El emir de Catar acude el lunes a la Casa Blanca para abordar asuntos como Afganistán y la tensión con Rusia por Ucrania, que la monarquía del Golfo quiere aprovechar para mejorar su posición en el mercado de gas europeo.
El jeque Tamim bin Hamad Al Zani quiere obtener algún tipo de respaldo del presidente Joe Biden en esta cuestión y a la vez consolidarse como un aliado clave de Estados Unidos en el Golfo, elevando su rol, que cada vez es más preponderante en la geopolítica mundial.
En la agenda de la reunión en la Casa Blanca está la crisis de Ucrania, las relaciones con el gobierno talibán en Afganistán y las negociaciones para una posible reactivación del acuerdo nuclear de Irán, indicaron altos funcionarios.
En caso de que se produzca una acción militar en Ucrania, el suministro del gas ruso a Europa puede ser uno de los principales daños colaterales.
Las alternativas pueden pasar por Estados Unidos, Australia y Catar, los tres principales exportadores mundiales de gas. Estados Unidos podría enviar parte de su producción y está en contacto con Australia para un posible suministro alternativo, señalaron fuentes diplomáticas.
También "hay conversaciones en marcha" para desviar parte del gas natural licuado de los mercados asiáticos a Europa, si Moscú cierra el grifo, dijo un responsable catarí a AFP.
Hay precedentes en los que Catar emergió para echar una mano a sus aliados. Envió suministros a Japón después del tsunami de 2011 y cuatro cargamentos especiales al Reino Unido en octubre para solucionar problemas de escasez.
Pero como Catar ha firmado contratos a largo plazo con importantes clientes en Corea del Sur, Japón y China, tiene poco margen para reemplazar todo el gas ruso enviado a Europa Occidental.
El emirato ha "tocado techo" suministrando a sus clientes existentes, dijo en octubre el ministro de Energía, Saad al Kaabi, cuando la falta de gas empezaba a impactar Europa.
- No hay "varita mágica" -
"Catar no tiene una varita mágica para arreglar el déficit de gas europeo", indicó Bill Farren-Price, director de inteligencia para la consultora energética Enverus.
"No tiene capacidad sobrante para proveer gas natural licuado adicional. No es lo mismo que Arabia Saudita, que mantiene capacidad sobrante de petróleo", añadió.
Catar, que también está en conversaciones con la Unión Europea y el Reino Unido, podría desviar un cierto número de envíos.
"Cualquier déficit de gas europeo va a extenderse e impactar en el mercado de gas natural licuado asiático también", dijo Farren-Price.
Y los consumidores europeos, ya expuestos a facturas de récord, deberán pagar un precio incluso más alto. "A nivel de precios puede ser complicado", señaló.
Andreas Krieg, especialista de seguridad en Oriente Medio en el King's College de Londres, opinó que Catar priorizará el negocio a la política en su decisión de ayudar a Europa.
Pero se ha embarcado en una masiva expansión de la extracción para incrementar su producción anual de 77 millones de toneladas a 127 millones para 2027 y busca mercados para colocar esas reservas adicionales.
En opinión de Krieg, Europa es un objetivo prioritario de Catar, que se indignó en 2018 por una investigación antimonopolística de la Unión Europea sobre sus ventas de gas.
"Esto podría suponer ganar algo de crédito en Europa y usarlo como un punto de negociación para empezar a hablar de contratos a largo plazo, que es lo que le interesa al país", explicó.
Jugar un papel central en un hipotético plan de emergencia para hacer llegar gas a Europa acercaría todavía más a Catar a Estados Unidos, que dispone desde hace dos décadas de una gran base militar en el emirato sobre la que pivotó su operación de evacuación de Afganistán en agosto.
"Quieren colocarse como el aliado estratégico más importante de Estados Unidos en el Golfo", dijo Krieg.
"Están ganando influencia construyendo redes en Washington que son institucionales, no tan atadas a individuos o partidos" y "quieren ser vistos como un aliado estratégico nuclear" por delante de Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos.
H. Müller--BTZ