Swiatek, "una guerrera" que eclosionó en las pistas de tenis de Varsovia
Iga Swiatek, número 1 mundial y que jugará este sábado la final de Roland Garros, siempre ha demostrado un espíritu combativo, ya desde que comenzó a pegar a la bola en las pistas de tenis de la capital polaca.
"Era una niña pequeña que quería aprender a jugar al tenis lo antes posible. Y cuando aprendió, lo que más le importaba era ganar", recuerda Artur Szostaczko, su primer entrenador.
"Es una guerrera... Sabía que si iba hasta el 'tie break', no había nada que temer, no iba a doblegarse", explica a la AFP este hombre de 51 años.
Szostaczko sigue entrenando en la misma pista de tierra en la que la ahora estrella empuñó su primera raqueta y comenzó a ejercitarse golpeando bolas contra una pared, mientras su hermana se entrenaba al lado.
"A izquierda, a derecha, no paraba de correr para alcanzar la bola, eso le divertía", relata delante de un muro cubierto por grafitis multicolor del club de tenis Warszawianka.
"De costumbre, a un niño le cuesta golpear dos bolas seguidas, mientras que ella era capaz de hacerlo decenas de veces", añade el entrenador que, como la tenista, siempre lleva una gorra en la cabeza.
Szostaczko siguió a las dos talentosas hermanas, cuyo padre Tomasz participó en la competición de remo de los Juegos Olímpicos de Seúl, durante cinco años, hasta que Iga cumplió los 10.
Una década más tarde, Iga Swiatek está en la cima del tenis femenino, con un primer Roland Garros en 2020 y una serie vigente de 34 victorias consecutivas que le han llevado al número 1.
Si gana a Coco Gauff en la final del sábado, la polaca igualará el récord de victorias consecutivas en el siglo XXI que tiene la estadounidense Venus Williams desde el año 2000.
Artur Szostaczko está orgulloso de su antigua alumna. Guarda en mente la imagen de aquella divertida niña, siempre con coletas, siempre moviéndose, con una coordinación fantástica y una eterna sonrisa en los labios.
"Yo le enseñe a jugar agresiva, porque era el futuro del tenis. Actualmente lo hace de una manera formidable", destaca.
- "Sana" rivalidad con su hermana -
Las hermanas Swiatek pasaron luego a entrenarse con Michal Kaznowski en el club de tenis Mera, siempre en Varsovia.
Recuerda que siempre quería ser tratada de igual a igual a como lo era su hermana.
"Iga se enfadó conmigo una vez cuando propuse un ejercicio y le di ocho bolas a Agata y solo seis a ella", recuerda a la AFP este hombre de 35 años.
"Fue a ver a su padre para decirle que quería las mismas (bolas) que Agata", sonríe, aunque matiza que la rivalidad con su hermana era "sana".
Según Kaznowski, Agata tenía el mismo talento y además tenía la ventaja de ser más grande, pero las lesiones acabaron con cualquier posibilidad de hacer carrera en el circuito y de que el mundo del tenis asistiera al éxito de las hermanas Swiatek como el de las Williams.
Iga siguió entrenándose con Kaznowski hasta que cumplió 15 años y recuerda que se inspiraban en una frase que hizo célebre Serena Williams cuando, a los 11 años, le pidieron a quién le gustaría parecerse: "Me gustaría que fueran las otras las que quisieran ser como yo".
"Seguimos esa idea... para desarrollar su propio estilo, su propia personalidad", indica Kaznowski.
Se fijaron en el tenis masculino para encontrar modelos a seguir, evitando buscar entre las jugadoras, por miedo a que un día tuviese que enfrentarse a ellas.
"Queríamos que fuese capaz de jugar contra las mejores jugadoras, sin miedo", explica.
"Como se puede constatar, ha funcionado. Ella está ahí, en la cima, y ahora todo el mundo quiere ser como Iga".
K. Berger--BTZ