
"Isla Negra", la oscura comedia del chileno Jorge Riquelme

El cineasta chileno Jorge Riquelme estrena el 17 de abril "Isla Negra", una comedia dramática sobre la especulación inmobiliaria que cierra una trilogía con varios premios fuera de su país, y que ahora espera la acogida del público local.
"Isla Negra" cuenta la relación entre un promotor inmobiliario (Alfredo Castro) su amante (Paulina Urrutia) y una pareja sin domicilio que con el pretexto de una urgencia se instalan en su bella mansión en Isla Negra, el famoso balneario donde pasó sus últimos años el poeta Pablo Neruda.
Lo que en principio era una ayuda de urgencia, para el abuelo de la familia pobre, se convierte rápidamente en una ocupación y una cohabitación forzada y claustrofóbica.
Las dos películas previas de Riquelme, ambas galardonadas, también transcurrían en la costa chilena.
"Camaleón" (2016) recibió el Premio Pedro Sienna al mejor director y a la mejor actriz, "Algunas bestias" (2019) el premio al mejor director novel en San Sebastián.
- Las heridas de Chile -
Riquelme forma parte de una generación de directores chilenos que hurga en las heridas de la desigualdad socioeconómica en su país.
"Isla Negra es una investigación sobre familias que estaban siendo presionadas para que abandonaran sus tierras", explicó Riquelme a la AFP en el 37º Festival de cine de Toulouse, donde concursa junto a otras 10 películas por el premio Flechazo.
El galardón será revelado el sábado 29 de marzo.
La ocupación y la inseguridad se han vuelto temas dominantes en balnearios de la costa chilena. Habitantes que se instalaron hace décadas se aferran a sus hogares, construidos legalmente o no, mientras que propietarios protestan por las invasiones o por los robos.
Para su trilogía Riquelme se rodeó de estrellas como Alfredo Castro ("Los perros"), aunque el casting de "Isla Negra" tiene una historia trágica detrás.
La película tenía que rodarse con el personaje real que la inspiró, Miguel Sotomayor, un hombre que perdió su casa a causa de las presiones de especuladores.
Riquelme se enteró de su caso en 2020, cuando se documentaba para su película.
"Es a él a quien le dedico la película y del cual me nutro para escribir el guion. Miguel termina falleciendo por esta situación, estaba muy estresado, fue muy duro porque Miguel lo iba a interpretar él mismo como propietario", explicó.
Decidido a darle voz a estos desposeídos, Riquelme se orientó a otro caso de desalojo en la costa para ambientar la película, pero de nuevo perdió la oportunidad: a un mes de empezar el rodaje, esa segunda casa también fue desalojada.
"Termino filmando en una tercera casa, pero esta vez di vuelta a la situación", explicó.
La película pasó a desarrollarse en una bella mansión, para asegurarse de que no habría desalojos.
Alfredo Castro interpreta a un rico empresario que intuye que al dejar pasar a su mansión a esos desalojados, su vida se va a complicar irremediablemente.
"Es una familia común y corriente que está viviendo en condiciones muy precarias, sin baño, sin agua, con un padre enfermo. Pero no son delincuentes. Ese fue uno de los puntos que yo tenía claro en la película", explica el director, nacido en 1981.
"Mis tres películas han sido de muy bajo presupuesto, de rodajes en siete, diez días... En total he rodado tres películas en 24 días", recapitula.
"Me encantan las películas con carga psicológica, con retratos familiares", añade.
Ahora falta cosechar el beneplácito del público chileno. "Mis películas generalmente han funcionado mejor en el extranjero. Estamos tratando de hacer una conexión con la audiencia a través de redes sociales, vamos a ver qué pasa. Es como si los distribuidores no creyeran en el cine chileno", critica el realizador.
O. Petrow--BTZ