Nahuel Pérez se ve "bonita" como mujer y Úrsula Corberó "descontrolada" en la cinta "El jockey"
El argentino Nahuel Pérez Biscayart confiesa que se ve "bonita" disfrazado de chica y la española Úrsula Corberó dice que aprendió a "perder el control" mientras ambos rodaban "El jockey" a las órdenes de Luis Ortega, una película que compite por el León de Oro en Venecia.
"El jockey" narra en tono onírico la odisea de un jinete que huye de la mafia que controla la hípica en Buenos Aires, tras sufrir una grave caída en una carrera. Su periplo lo lleva a transformarse varias veces.
El personaje del jockey lo interpreta Nahuel Pérez, amigo de infancia del cineasta Luis Ortega, un autor que empezó a rodar a los 19 años ("Caja negra") y que desde entonces no ha dejado de sorprender con virajes personales una y otra vez ("El ángel", "Lulú").
"Luis es muy travieso. Está ahí, tejiendo, y sin que te des cuenta pasan cosas mágicas", explicó Pérez Biscayart a la AFP, acompañado por su musa en película, Úrsula Corberó.
Las travesuras del director llevaron a Pérez Biscayart, también dispuesto a tomar riesgos ("120 latidos por minuto") a disfrazarse de mujer en su huida de los sicarios de la mafia.
"Es toda una amalgama y está bien que sea así. Está bien que sea imperfecto. Bueno, en fin, me veo bonita", suelta el actor.
"Mi mamá vino a ver la peli y ayer lo primero que me dijo es: 'sós hermosa como Dolores'". "¿Te dijo eso?..." pregunta sorprendida Úrsula Corberó a su lado.
- "Soy un farsante" -
Corberó también realiza su propia transformación como actriz en esta película, que dice que la ayudó a aprender a "perder el control" tras grandes producciones muy orquestadas en España ("Casa de papel") y Estados Unidos ("Snake eyes").
"Yo estoy acostumbrada a trabajar para el público. Y a mucha honra, por supuesto. Pero es verdad que esta peli era una cosa nueva para mí", confiesa.
"Aprendí a perder el control", añadió. "Muchas veces me enamoro del personaje, pero no del proyecto. Y con esta película he aprendido que en realidad lo que tenga que pasar, pasará".
El proyecto profesional puede ser más o menos arriesgado, pero tanto Nahuel Pérez, que habla con soltura francés, inglés y alemán, como Úrsula Corberó, conocida en grandes producciones estadounidenses, reconocen que representan una generación nueva de actores, cómodos en muchos lugares.
"Yo quiero trabajar en Asia, en Medio Oriente, en África, trabajar con todo el mundo. Soy un niño curioso, lo único que quiero es desaparecer, es disolverme", explica el actor.
Nahuel Pérez ha ganado premios a la interpretación en Argentina, Francia, India, Polonia...
"Soy un farsante, pero bueno, a los farsantes a veces nos premian", añade con tono irónico.
"En España está como mal visto escribirle a un director y decirle: 'quiero trabajar contigo'. No sé, es una sensación. Pero eso es algo que ha aprendido a hacer en Estados Unidos", añade Corberó.
"Esa cosa de que como que tienes que quedarte en lo la gente piensa de ti (...) es un poco antigua", añade.
"El actor sabe que se está exponiendo mucho, pero uno se expone y con eso se dice 'bueno, vamos a hacer el ridículo juntos y está todo bien'", concluye el director de "El jockey", Luis Ortega.
U. Schmidt--BTZ