Especies amenazadas reviven en histórico Angkor Wat de Camboya
El canto melódico de familias de monos amenazados resuena en la selva aledaña al complejo de templos de Angkor Wat, una señal del renacer ecológico después de que la caza diezmó la vida silvestre en el sitio de Camboya.
La primera pareja de gibones crestados fue liberada en 2013 como parte de un programa conjunto entre la organización conservacionista Wildlife Alliance, la administración forestal y la Autoridad Aspara, una agencia gubernamental a cargo de las ruinas del siglo XII.
Los dos gibones llamados Baray y Saranick nacieron de padres rescatados del tráfico de vida silvestre y tuvieron cría un año después.
"Ya hemos liberado cuatro parejas de gibones dentro del bosque de Angkor y han procreado, ya nacieron siete bebés", dijo a AFP Nick Marx, director del programa de rescate y cuido de Wildlife Alliance.
"Estamos restaurando la herencia natural de Camboya en su más bella herencia cultural", agregó.
A nivel mundial, los gibones figuran entre las familias de primates más amenazadas, y el gibón crestado está en peligro de extinción.
Marx dice que su equipo rescata unos 2.000 animales por año, por lo que muchos más irán pronto a la selva de Angkor.
Se espera que cuando las crías de gibón alcancen la madurez sexual, en unos cinco a ocho años, también podrán aparearse.
"Lo que esperamos para el futuro es crear una población sustentable de los animales (...) que hemos liberado en el impresionante bosque de Angkor", explicó Marx.
- "Gran victoria" -
Las autoridades camboyanas han celebrado el boom de crías de gibón que comenzó en 2014.
"Esto representa una gran victoria para nuestro proyecto", señaló Choy Radina de la Autoridad Aspara, quien añadió que los turistas también podrán volver a ver los grandes buceros sobrevolando Angkor Wat.
El programa ha liberado a más de 40 especies de animales y aves, incluyendo langures plateados, venados mundiacos, nutrias lisas, leopardos y civetas.
Todos fueron rescatados de traficantes, donados o nacidos en cautiverio en el santuario de vida silvestre Phom Tamao, cerca de la capital Phnom Penh.
El Parque Arqueológico Angkor, que contiene las ruinas de varias capitales del Imperio Jemer, entre los siglos IX y XV, contiene algunos de los bosques lluviosos más antiguos de Camboya.
También es el destino turístico más popular del reino asiático.
Desde que Angkor Wat fue declarado Patrimonio Mundial en 1992, su selva, que abarca más de 6.500 hectáreas, comenzó a contar con mayores protecciones legales y físicas.
Se espera que el avistamiento de especies silvestres genere interés turístico y aumente los esfuerzos de conservación y enseñanza.
- Amenazas constantes -
La caza furtiva, la pérdida de hábitat por la tala de árboles, la agricultura y la construcción de represas ha despojado al bosque lluvioso camboyano de gran parte de su vida silvestre.
El año pasado, las autoridades eliminaron 61.000 trampas, dijo el portavoz del ministerio del Medio Ambiente, Neth Pheaktra, quien agregó que el gobierno lanzó una campaña para desestimular la caza y el consumo de animales silvestres.
Pero la pobreza deja a muchas familias sin más opción que cazar para tener proteína en su alimentación.
Los animales también son cazados por la medicina tradicional o como mascotas.
Según Global Forest Watch, de 2001 a 2021 Camboya perdió 2,6 millones de hectáreas de cobertura boscosa, un declive de 30%.
Los intereses comerciales superan los esfuerzos de protección en algunos sitios. Incluso el zoológico y centro de rescate Phnom Tamao enfrenta amenazas de un proyecto de desarrollo.
De vuelta en Siem Riep, ciudad que da acceso a Angkor Wat, el poblador Moeurn Sarin va al mercado a comprar bananos, sandía, rambután y pescado para alimentar a las familias de gibones y nutrias.
"Estamos felices de preservar estos animales", comentó el hombre de 64 años, quien disfruta de ver a los gibones jugar colgados de los árboles.
"En el futuro, estos animales tendrán bebés para que las generaciones futuras los vean", agregó.
W. Winogradow--BTZ