Reducción de la contaminación provocó más huracanes en el Atlántico Norte, según estudio
Norteamérica y Europa han conseguido durante las últimas décadas reducir la contaminación por partículas en el aire, una buena noticia que, según un nuevo estudio científico, resultó tener un efecto inesperado: un aumento de las tormentas tropicales en el Atlántico Norte.
"La reducción de la polución atmosférica de Estados Unidos y Europa ayudó enormemente a la salud humana, pero mi investigación demuestra que, a veces, las cosas buenas tienen consecuencias indeseadas", dijo este viernes por videollamada el autor del estudio, Hiroyuki Murakami, de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA).
El trabajo publicado el miércoles en la revista Science Advance indicó que, en las últimas cuatro décadas, el número de tormentas tropicales aumentó en un 33% en el Atlántico Norte, como consecuencia de un 50% de disminución de los aerosoles (unas pequeñas partículas contaminantes) en Norteamérica y Europa.
"La contaminación atmosférica bloquea los rayos del sol, lo que provoca el enfriamiento de la superficie del océano, algo que produce condiciones desfavorables para los huracanes", explicó Murakami.
"Ocurre lo contrario si la contaminación atmosférica disminuye. El sol es más capaz de calentar el océano, y ese calentamiento alimenta los huracanes", añadió.
El estudio comprobó una situación contraria en Asia donde, en el mismo periodo, un aumento del 40% de la polución por partículas contribuyó a que el número de ciclones tropicales en el oeste del Pacífico Norte cayeran un 14%.
Con estos resultados, Murakami se pregunta si las temporadas de huracanes muy activas de los dos últimos años estuvieron vinculadas a la ralentización de la industria provocada por la pandemia de covid-19.
Según él, habrá menos tormentas tropicales, pero las que se produzcan serán más intensas.
O. Karlsson--BTZ