Heridas de la guerra ensombrecen el festival de la epifanía en Etiopía
Los mejores recuerdos de juventud de Arega Tekeba son de los festejos que preparaba su padre para el festival Timkat de la epifanía ortodoxa de Etiopía, cuando ponía a la familia a cantar mientras asaba una oveja recién sacrificada. Pero esos recuerdos ahora le resultan dolorosos
El padre de Arega, un miliciano de la etnia amhara, murió a tiros el año pasado cuando combatía a los rebeldes del Tigré junto a otros miles que fallecieron en la guerra que desangra desde hace 14 meses al segundo país más poblado de África.
Arega no quiso pasar el Timkat de este año con su familia en duelo, así que lo celebró solo el miércoles en la ciudad norteña de Gondar, donde los pobladores comentaron que la guerra ensombreció esa fiesta usualmente alegre.
Gondar, la antigua sede imperial en la región amhara de Etiopía, ha sido el mejor sitio para celebrar el Timkat, que conmemora el bautismo de Jesús en el río Jordán.
Ataviados con túnicas y vestidos blancos, los fieles marchan cada año en un estridente desfile que culmina con una sesión de oraciones toda la noche, y sigue la mañana siguiente en los baños de piedra del siglo XVII llenos de agua bendita.
Pero esta semana, las festividades se vieron manchadas por las huellas de la guerra: los hospitales de Gondar están llenos de combatientes heridos mientras familias como la de Arega sufren la ausencia de sus muertos.
"Hay gente que perdió más familiares que yo. Sé de una casa donde seis o siete personas murieron", comentó a AFP Arega, quien también es combatiente miliciano.
"Son los recuerdos lo que nos entristece, incluso más que las muertes", aseguró.
- Momento para la paz -
La guerra en Etiopía comenzó en noviembre de 2020 tras meses de hostilidad entre el gobierno del primer ministro Abiy Ahmed y el partido que gobernaba la región norteña del Tigré, el Frente de Liberación del Pueblo del Tigré (TPLF).
Tras numerosas idas y vueltas en el campo de batalla, una ofensiva del gobierno logró tomar ventaja y repelió a los rebeldes al Tigré.
Las potencias extranjeras esperan que ahora las dos partes puedan alcanzar un acuerdo para terminar con los combates que han desplazado a millones y, según la ONU, dejado a cientos de miles al borde de una hambruna.
Pero cualquier intento de reconciliación de Abiy encontrará resistencia en Gondar, donde combatientes, políticos y pobladores que celebran el Timkat dijeron a AFP que el TPLF debe ser destruido.
La mera idea de un diálogo es "un insulto para el pueblo amhara", afirmó Demoz Kassie Mekonnen, alto cargo del Movimiento Nacional Amhara, un partido opositor.
"¿Alguien quiere negociar con EI (Estado Islámico)? ¿Alguien quiere negociar con Al Qaida? ¿Alguien quiere negociar con Boko Haram? Para nosotros, el TPLF es igual a estos grupos terroristas", sostuvo Mekonnen.
Igualmente, Baye Kenaw, comandante de la milicia amhara Fano, sostuvo que "este es un Timkat diferente para mí. Las madres están llorando por sus hijos muertos".
Vio tanto dolor en sus recientes visitas a las familias de las víctimas que quedó convencido de que la única manera de lidiar con el TPLF es por las armas.
El único combatiente que expresó algún entusiasmo por el diálogo de paz fue Arega, el miliciano que perdió a su padre.
"Solo deseo la paz para mi país", manifestó al comenzar el desfile en Gondar, con carrozas que llevan una cruz de madera y una réplica del Arca de Noé por las calles adoquinadas de la ciudad.
Reconoció que la gente del Tigré "también perdió seres queridos.
Mientras tanto Abiy, Premio Nobel de la Paz en 2019, mantiene en secreto sus planes para un diálogo nacional.
Su mensaje por el Timkat exaltó las virtudes de la "humildad", pero no brindó detalles del próximo paso a seguir.
A. Walsh--BTZ